lunes, 26 de mayo de 2014

Día cero

Hoy es un día que quedará marcado para siempre en mi vida. El tiempo de partir ha llegado.

Al fin ha concluido una etapa maravillosa. No hubiera sido posible sin el apoyo de muchas personas que ensañaron la importancia de seguir trazando vías para agarrar camino y buscarle siempre el este, el sol de todos los días, a pesar de lo nublado u oscuro que estuviera.

En gran medida, mis padres fueron fundamentales. Sin su apoyo no hubiera sido posible llegar entero al otro lado del río. A veces tranquilo y otras tantas arremolinado. Sería ingrato dar nombres porque habrá algunos de que es pudiera omitir su nombre, por lo que debo hacerlo así, de manera general.

Aunque sobresalen dos personajes que, a pesar de tener diferentes formas de percibir las cosas, no puedo dejar de mencionar. A mis amigos Alberto y David, quienes a pesar de muchas cosas nunca perdieron la fe en que si podría salir del atolladero y siempre alentaron y empujaron. Fueron los primeros motores que me ayudaron cuando mi barco hacia agua. 

Muchas cosas han pasado a lo largo de 5 años de historias, que parecen pocos pero sustancialmente han significado un gran lapso de tiempo para aprender a valorar y admirar todo aquello que paso frente a mi. Conocimiento, amistad, buenos y malos momentos. Todo ello forma parte de una columna de eventos que me llevan a escribir nostálgico en este día en que termina esta época maravillosa de mi vida.

El 11 de junio regresé a la vida universitaria al saber que contaba con un lugar en la Universidad Nacional Autónoma de México. Curiosamente será el próximo 11 de junio cuando simbólicamente recibiré un diploma por concluir la licenciatura. Así de paradójica es la vida; cerrar círculos para abrir nuevos y con más complejidades siempre es necesario, o al menos eso creo.

Pero bueno. El 10 de agosto del 2009 formalmente inició mi estancia en la que fue mi casa un largo rato. 

A la Facultad de Estudios Superiores Aragón, siempre la llevare presente en cada sitio donde me toqué enfrentar retos profesionales. Gracias a esta casa del saber y a muchos profesores y maestros que se convirtieron en referencias obligadas tengo las herramientas para iniciar con la batalla. "El talento hay que pulirlo" dijera el Dr. Elías Polanco.

Guardaré cada uno de los momentos cálidos con los amigos y los momentos tensos que sucedieron. La lucha por la razón y las apasionantes discusiones fueron fantásticas. 

Me pongo a reflexionar respecto de muchos factores y si, es cierto. No podría concebir mi vida sin la UNAM y la formación intelectual y personal de la que nos dota a través de todos aquellos quienes intervienen el en proceso de aprendizaje. 

En este salón, donde aquél lejano agosto del 2009 llegué con la ilusión de trascender, regreso para concluir con este viaje que ha dejado en el camino a muchos compañeros que por una u otra razón no alcanzaron la meta. La nostalgia del final es más fuerte que mi voluntad por no llorar. Es hora de avanzar muchos pasos y no mirar atrás.

Desde el mismo sitio donde inició la aventura, es tiempo de decir gracias a la institución que me dio la luz en el conocimiento que tendré que afinar el resto de mi vida. Gracias por los amigos y los buenos momentos. Gracias por que siempre llegué y regresé a casa sin contratiempo (excepto cuando se inundaba la escuela [chiste local]) y por que ha llegado el día cero para hacer, ahora si, un plan de vida.

Así como todo tiene un principio, ha llegado la hora del gran final. 
ES HORA DE ESCRIBIR UNA NUEVA HISTORIA. 


Por Mi Raza Hablará el Espíritu
Carlo Moreno-Jiménez
Facultad de Estudios Superiores Aragón a 23 de mayo del 2014


Y si...

Me voy, pero no me voy...
... Me voy, pero no me ausento.
Pues aunque me voy, de corazón me quedo.
(San Juan Pablo II)