domingo, 30 de diciembre de 2012

La última y nos vemos. La nota del final...

A unas cuantas horas del final de este 2012 y con muchas cosas por decirles, queremos agradecerles a todos ustedes que han sido un gran motor para nosotros. Sus comentarios han enriquecido aún más este pequeño proyecto llamado #LosAndariegos que de poco en poco ha ido metiéndose en cada una de sus computadoras, teléfonos, tablets y demás dispositivos desde los cuales han tenido a bien leernos durante gran parte de este año que termina.


El 14 de marzo se inicio el viaje; cada uno ha sido parte importante de él al dejarse llevar un poco por la imaginación, el recuerdo o simplemente porque se identificaron un poco con los personajes que han salido de nosotros quienes hacemos estos relatos pensando en cada detalle para que al final podamos presentarles un poquito de lo que ambos Andariegos traemos en la mente. El recuerdo de los amores y desamores que se van "Con el Viento de Otoño", el vaivén de las olas en la "Playa de Vallarta"... Hasta hemos compartido juntos un "Atardecer Chilango" o simplemente hemos sido cómplices de una historia de amor.


Realmente para nosotros ha sido un verdadero placer escribir algunos textos que, si bien es cierto adolecen en ocasiones de elementos de redacción o hilaridad, también lo es que esta es una forma de compartirles un poco de lo que cargamos en nuestra mente y en el corazón. Gracias a ustedes, hasta esta fecha llevamos mas de 3150 visitas y eso es algo que nos motiva para que continuemos contándoles historias y relatando realidades en la ficción.


Pero regresando a lo que nos tiene aquí, les reiteramos a todos y cada uno de ustedes amigos lectores que les agradecemos el tiempo que se toman para leernos y compartir estas historias. También queremos desearles a todos ustedes que tengan un excelente inicio de año. ya 2013, en el que esperamos que todos sus retos por cumplir los lleven a cabo, le den forma a sus anhelos y sigan soñando porque de los sueños nacen las aspiraciones y de estas nacen los objetivos que cada uno de nosotros debemos de alimentar día a día hasta alcanzar la meta.


Se acaba un año mas en nuestras vidas. Recordemos a todos aquellos que también han estado entre nosotros y se han adelantado en el camino; los amigos que hemos conservado y los que han llegado a nuestras vidas... por los amores que llegaron para quedarse y por los que se esfumaron como recuerdo al viento... por la familia que aun conservamos con nosotros y por los que han llegado a iluminarnos en el camino. Por los nacidos en este año que nos recuerdan la fragilidad que debe ser cuidada y valorada para que, al igual que un pequeño árbol, vayamos llevándolo hasta que se convierta en un gran ejemplar... recordemos eso al sonar las primeras campanadas de este año nuevo.


De parte de Add y Carlo, "Los Andariegos", queremos desearles que en el 2013 sus vidas estén llena de Paz, Salud, Conocimiento, Entendimiento y mucha prosperidad para todos ustedes y sus familias.


Les dejamos esto para que lo compartan con todos los suyos:

... Gracias, por todo lo que en este año me diste.

... Gracias por los días de sol y los nublados tristes.

... Gracias por las noches tranquilas y por la inquietas horas oscuras.

... Gracias por la salud y la enfermedad; por las penas y las alegrías.

... Gracias por lo que me prestaste y luego me quitaste.

... Gracias Señor, por la sonrisa amable y la mano amiga; por el amor y todo lo dulce.

... Por la existencia de los niños y de las almas buenas.

... Gracias por la soledad, por el trabajo, las dificultades y por las lagrimas.

... Gracias por haberme dejado vivir... Son las Doce... Un año termina.



Y como dijera Benjamín Franklin:

Deja que cada Año nuevo encuentre una mejor versión de ti.

¡Nos leemos hasta el 2013, amigos!


Add y Carlo Moreno-Jiménez "el Andariego"
31 de diciembre de 2012









jueves, 20 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre el "Fin del Mundo"...

Visiones apocalípticas, caída de meteoritos a la Tierra, regreso de los Dioses y los muertos desde el Xilalbá o el Mictlán (según sea el caso); los grandes terremotos y las hordas desesperadas de personas que buscarán salvarse de aquellos males que se presagiaban al final de los tiempos. Todo eso ha influido en los temas de conversaciones y películas gabachas desde hace algunos años. Mitos y leyendas dicen unos... El fin de la vida como la conocemos dirían otros...


Para algunos que piensen igual que yo, creemos que el "fin del mundo" es particular y llega inevitablemente a nosotros de una u otra forma. La vida humana cuya fragilidad todos conocemos no solo sigue siendo enigmática para aquellos estudiosos del complejo organismo perfectamente creado por Dios, un joyero Suizo o algún ocioso que solo se puso a unir piezas a ver que diantres le salía, en fin;  eso y más es el cuerpo humano, digo yo.


A pesar del fenómeno mediático que se ha generado respecto al tema que me hace escribir el día de hoy, lejos de alejarme y dejar pasar la oportunidad, me he puesto a reflexionar algunas cosas que no podía dejar de anotar en mi vieja libreta junto a mis historias y relatos... 


Cómodamente sentado en mi lugar favorito del Parque para escribir, comencé a divagar respecto al Final…


Mirando un atardecer seria la forma perfecta de terminar con el paso por esta vida le decía a mi gran amigo y compañero de batallas “el Andariego” que, sentado y a la luz del faro en el Parque México me respondía: -Es una forma muy estúpida de hacerlo, ¿no crees? Y quién te acompañaría al viaje eterno. ¿Acaso solo tus recuerdos? Dime, ¿Es posible que seas tan egoísta como para zarpar a una aventura metafísica solo? Mirándolo fijamente, aquel amigo mío apuntaba con el dedo índice hacia el final del camino mientras seguía repasándome un severo regaño. Solo me quedo escucharle.


Meditaba un poco acerca del acontecimiento. El cielo de las 6:34pm me llevaba a mis pensamientos y nostalgias; “el Andariego” me observaba fijamente con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo oscuro… con la mirada de pantera que le caracteriza y con el sombrero Fedora Walton negro… Mientras tanto yo seguía divagando. Reflexionando.


¿Podremos imaginar cual será nuestro final? Sería algo con lo que, al menos yo, no podría vivir. ¿Saber cuándo llegará la hora fatal?... ¡Mucho menos! ¿Qué pasaría si pudiéramos elegir la forma y el momento de realizar ese Grand Finale que a todos nos llegará? Un privilegio que solo pocos han tenido.


¿Arrepentimientos?, ¿Culpas?, ¿Cosas inconclusas o que no hicimos por miedo al éxito o al fracaso? Todo eso le preguntaba al “Andariego” que solo me palmeaba la espalda como queriendo decirme ¡¡¡CALLA DRAMÁTICO!!! La desesperación de tanta estupidez hacia que a mi compañero le diera nauseas continuar con nuestra poco común charla semanal.


-Antes de que continúes con tus idioteces déjame decirte algunas cosas. Decía aquél.


-¿Sabes cuál sería el verdadero “Fin del Mundo” como lo conoces? Si, a ese que tanto le puedes llegar a temer y del cual huyes ¿Lo sabes?...


Aquel momento en que las personas no sean egoístas y dejen la traición y la avaricia. En el instante en que los rencores queden de lado y simplemente se ocupen de no preocuparse por lo vano y material. Cuando dejemos de ver que los niños en la calle no piden limosnas para sobrevivir un día más. ¡Cuando la violencia cese y las guerras no existan! Cuando dejemos de pensar que nadie es más miserable que nosotros. ¡Cuando aprendamos a perdonar y enmendar los errores! Egoísmo; Traición; Vanidad y Rencor… Esos son los verdaderos 4 jinetes del apocalipsis que viven entre los hombres y mujeres. Debemos evitar que crezcan en la gente y se multipliquen pero, mi querido amigo, tal parece que ya es tarde para cerrarles la ventana.


Tal vez llegará el día en que ese mundo vano acabe. Que la oscuridad humana no prolifere y acabe con los muchos que aun guardan luz para guiar a los demás. Espero que suceda, aunque créemelo, no estaremos aquí para verlo.


El brevísimo monólogo del Andariego me había dejado anonadado y pensativo. Simplemente tenía razón. La dureza de aquellas palabras hacían que meditara callado mientras miraba el reloj. Las 9:21 de la noche era el momento de partir. Mi gran amigo Andariego emprendía de nuevo el camino hacia la lejanía del sendero, perdiéndose entre la oscuridad de los árboles y las tenues luces que bordean el Parque.


Mientras caminaba y repasaba la plática ya de regreso a casa, miraba con atención un pequeño cartelón que resumía en unas cuantas líneas lo que acababa de escuchar:


... Y al final de los tiempos, Kukulkán descendió de su castillo para presenciar como el mundo no se acabaría solo. Los que lo habitaban se encargarían de hacerlo...



Y como dicen algunos: No me da miedo que se acabe el mundo. Me preocupa que siga igual.


Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Ciudad de México, distrito Federal, a 21 de diciembre del 2012




martes, 4 de diciembre de 2012

Atardecer Chilango.

Bullicio en la Alameda. Con la caída de las hojas de otoño, entre sonidos de los automovilistas con sus motores y claxonazos a diestra y siniestra en Avenida Júarez, los pitidos de los polis "canarios" de Tránsito y los gritos de los niños que jugaban cerca de donde te esperaba, hacían de aquel sitio un buen lugar como para reformular esa pintura de Diego Rivera "Sueño de una tarde dominical en la Alameda".

El Sol se muestra tímido a través de los pasillos con la luz tenue de una tarde otoñal. Espejos de agua se forman en las centenarias fuentes que reflejan el azul del cielo. 

Miraba el reloj; antes de ver la hora, las campanadas de la Torre Latinoamericana tocaban. Una, dos, cuatro veces; ya eran las 4 de la tarde de ese grandioso día de diciembre en el que quedamos de encontrarnos para crear las lineas que han de entrelazarse en esta historia.  Miraba de frente la fuente a Neptuno, pieza excepcionalmente concebida, en la cual sería el punto de partida para que todo iniciara. Esperando puntual, a la vieja usanza de los viejos lobos de mar: Aurelio y Roberto Moreno, mi tío y padre respectivamente, impaciente y algo nervioso caminaba esperando a que aquel Atardecer Chilango que te había prometido no nos ganara en el afán de esconder antes la postal mas bella que te pudiera haber regalado. Recorro con la mirada el sitio. Aun no te encuentro.

La "Latinoamericana" al Sol, pintada de tonos azules, platas y naranjas se eleva a lo lejos de la avenida. El sonido va creciendo en el entorno y en medio de esos 6 pasillos que llevaban al sitio donde habríamos de encontrarnos, simplemente no deja de taladrar los oídos. 

Entre el gentío ya me mirabas con una sonrisa colgada de oreja a oreja. La reacción inmediata después de la ansiedad contenida simplemente se concentro en elevar la mano derecha y hacer un gesto indicativo para invitarte a estar donde yo estaba. Sin querer pero con el animo de hacerlo, solo tome tus manos y caminamos haciendo el obligado recorrido por los caminos que forman el trazado de ese jardín colonial, la Alameda Central, entre sus esculturas, ahuehuetes, álamos y bancas de piedra que servían de testigos mudos de aquellas risas que provocaba en cada una de mis ocurrencias que contaba en tu oído  Rápido pasaba el tiempo, pero no del todo.

Regresaban aquellas campanadas de la Torre a lo lejos... Suena el aviso de la media hora.

No lo sé, pero me anime a tomarte de la mano y apretarla fuerte; tal vez la sorpresa invadió tu ser y simplemente me mirabas algo turbada por la acción pero todo quedo en una hermosa sonrisa que me regalaste. Miraba tus ojos y solo veía un brillo espectacular en tus iris. De color café, profundos y serenos, tiernos e iluminados que reflejaban el cielo que tomaba los colores rojizos que precedían al atardecer que te había prometido.

Entre tanto, buscaba un buen sitio para ir a disfrutar contigo de eso que te había dicho. Miraba el reloj y ya eran las cinco con cuarenta y tres minutos; el mirador del Monumento a la Revolución sería el elegido a ser el sitio idóneo para sentarnos y disfrutar del paso del tiempo. Entre nubes rosadas y naranjas, aquella estampa prometida se mostró ante nosotros que simplemente nos miramos de nueva cuenta a los ojos para darnos cuenta de algo aun mas maravilloso... Un par de almas habrían de encontrarse en este camino de la vida.

La gente pasaba a nuestras espaldas mientras nosotros mirábamos aquel atardecer  ademas de como iban apareciendo a  lo lejos las primeras luces que tejen la inmensidad del manto estelar que, por esa especial ocación, nos cobijo un rato. 

No sé si alguna vez pueda decir que veo el cielo en tu mirada cada madrugada... De lo que si estoy completamente seguro es que desde ahora no volveré a ver ese Atardecer Chilango igual si no es a través del reflejo de mi cielo en tus ojos...

Después de todo, regrese de aquel sueño para verte venir hacia la banca de piedra donde me encontraba esperando... Siempre esperando e imaginando.


Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Alameda Central de la Ciudad de México a 4 de diciembre de 2012

Chequen las fotos!! DALE COPIAR AL LINK!!
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lunes, 19 de noviembre de 2012

Siento.


5 pasajes de una historia que apenas comienza. “SIENTO” 4-5


¿Cuántas veces hemos sentido que no somos tan importantes para nuestra persona especial como quisiéramos?

¿Cuántas veces hemos cerrado los ojos esperando una palabra, un hecho, que nos regale sólo un poquito más de seguridad?

No todo era color de rosa siempre. Sí, ÉL le demostraba que la quería pero ELLA, a veces, no dejaba de sentir.

SIENTO 

Siento que las horas pasan y sigo aquí, sola, sin ti.

Siento que el tiempo no pasa si lo paso pensando en ti.

Siento que no te das cuenta que extraño y que te necesito.

Siento que no sé que piensas. Nunca me lo dices.

Siento que el tiempo que llevamos "juntos" no es suficiente.


Siento, también, que lo que importa no es el tiempo, sino lo que hemos compartido en él.

Siento que tenemos en común algunas palabras. En realidad sólo algunas porque de "tu mundo" a "mi mundo" hay una enorme diferencia.

Siento que esa diferencia, es el motivo por el cuál nos complementamos.

Siento que somos compañeros de las palabras y las cosas. Hay palabras que nos distancian, siento, pero hay otras que nos unen.

Siento, después de todo, que te amo y eso, en "tu mundo" y en "mi mundo" es la misma cosa.




ADD
19 de noviembre de 2012

sábado, 27 de octubre de 2012

Debería decirte...


5 pasajes de una historia que apenas comienza. “DEBERÍA DECIRTE” 3-5


Sí, pasaban todo el día en constante comunicación. Por las mañanas eran los hermosos mensajes de los buenos días donde se deseaban éxito en sus labores, hacía las 11, ÉL le pedía que le acompañara a tomar el almuerzo, durante el resto del medio día se escribían con cualquier pretexto, ya fuera para contarse lo que estaban haciendo en ese momento o bien, para simplemente decirse: “te quiero”.

Durante la tarde hablaban mucho, de todo y nada…
Se contaban muchas cosas, reían, bromeaban, tocaban temas realmente importantes para ellos (y era el turno de ÉL de adoptar su papel de hombre maduro y serio), imaginaban un futuro juntos, se involucraban cada vez más y, de repente, también discutían.

Por la noche llegaba su momento íntimo, ese momento que los dos disfrutaban más que cualquier parte del día.

Sí, estaban en constante comunicación, ELLA hablaba mucho más que ÉL para ser sinceros y cuando hacia el recuento del día, se daba cuenta que había omitido muchas cosas que quería decirle, cosas que…

DEBERÍA DECIRTE

Debería decirte que a veces lloro estando dormida. a veces también canto o me carcajeo. No tolero dormir con la luz encendida aunque me da temor la oscuridad. No puedo dormir sin haberme bañado y prefiero las pijamas de algodón antes que a las de seda. También reviso que la ventana esté bien cerrada (hahaha, tengo miedo de que entre una bruja).

Debería decirte que no soporto el agua caliente caer por mi cuerpo, la prefiero tibia. Que no soporto ver a un niño llorar y que detesto las injusticias. Que me pongo de mal humor cuando tengo hambre y que la mayoría de las veces, no pienso antes de hablar.

Debería decirte, además, que me encanta caminar pero... hahaha, soy muy torpe, a veces me tropiezo a cada momento y me ha sucedido que me he caído estando de pie, así, me caigo sin motivo. Me encanta el café y varias veces me lo he tirado encima, no sé utilizar todos los cubiertos que pone mi nana en la mesa. Lo sé, nunca brillaré en sociedad.

No debería decirte mucho sobre mis rarezas, pero ahí van: llevo un reloj que no marca la hora, sólo para recordarme que lo único que tenemos es tiempo. Me cepillo los
dientes, religiosamente, 5 veces al día. También, estrictamente, leo al menos 10 páginas de algún libro todos los días y lo he hecho así desde que tenía 7 años. El primer libro que leí fue "Como agua para chocolate" y está totalmente desgastado porque lo he leído cientos de veces. Nunca salgo de casa sin haberme visto al espejo al menos 3 veces y soy muy muy torpe para mentir.

Debería decirte que soy muy curiosa, que me gusta experimentar y hacer de todo y, aunque algunas veces me sale mal, siempre pongo todo el corazón. Me gusta la compañía de la gente, pero paso la mayor parte del tiempo en soledad (bueno, así era antes de tu llegada). Algunas veces también, me siento sola aunque esté rodeada de gente... En ocasiones me cuesta mucho expresar lo que siento (creo que es cuando sí pienso las cosas antes de decirlas).

Deberías saber que soy muy apasionada, lo que me gusta, me gusta al extremo del delirio y lo que no, lo aborrezco. Aunque son muy pocas las cosas que puedo clasificar como aborrecibles porque, por cierto, casi siempre trato de verle el lado bueno a las cosas. Me gusta reír y hablar mucho (eso ya lo sabes) a veces, cuando estoy en público, hablo y hablo y termino así, avergonzada porque siento que no me detuve en horas. La gente queda fascinada y les gusta hablar conmigo (tampoco es que no deje que la gente hable o se exprese). Creo que ese es otro motivo por el que nunca seré una socialité.

Debería contarte sobre mis amores: los libros, la música, los zapatos, y los viajes; pero en este momento sólo te diré que tengo mil pares de zapatos y soy amante de los tacones aunque siempre por las mañanas termine eligiendo los mismos tenis Me gusta mucho la música, toda y podría decirte que hay una canción especial para cada parte de mi historia.

Deberías saber que nunca me tomo en serio, he protagonizado muchos de los chistes que me cuento y suelo ser sarcástica. Esto es de familia y no puedo evitarlo aunque a veces debería. Pero eso sí, todo lo que digo lo tomo con seriedad de enfermedad terminal y me cuesta entender cuando la gente no es así y dice las cosas sólo por decirlas, sin sentirlas.

Y ya para terminar, debo decirte que desde hace mucho tiempo soñaba que existías y sólo estoy aquí para saberte real. Y eres real. Y me hace inmensamente feliz que así sea y quisiera decirte todas estas cosas que deberías saber pero a veces no me atrevo o se me olvida y digo cualquier otra cosa cuando en realidad lo que quiero decirte es todo esto o, quizá, simplemente decirte que TE QUIERO.


Es difícil mantener una relación a distancia, pero no imposible. ELLA lo estaba descubriendo y le gustaba…

Le gustaba contarle a alguien sus cosas y le gustaba que ese alguien, a pesar de los cientos de kilómetros que los separaban, siempre estuviera ahí, dispuesto a escucharla y atesorar cada una de sus palabras…


ADD
27 de octubre de 2012

viernes, 19 de octubre de 2012

¿Quién eres?

5 pasajes de una historia que apenas comienza. “¿QUIÉN ERES” 2-5


Era realmente poco el tiempo que llevaban juntos, aun no se habían visto, aun no se habían abrazado y sin embargo ÉL le estaba dando mucho. La comprendía, la escuchaba, la apoyaba, la impulsaba, le hacia sentir que en realidad le importaba y ELLA, día a día; intentaba hacer lo mismo por ÉL.

Pasaban momentos mágicos durante el día, esa sonrisa que ELLA había adoptado en el ultimo tiempo, le quedaba muy bien, le decían. Se le estaba haciendo una muy buena costumbre amanecer de buenas y esperar la noche ansiosa para recibir esos mensajes que se convertían en la parte más importante, esos momentos que se regalaban para escribirse cariños, caricias, besos y regalarse muchísima ternura.

Cuando, ya entrada la media noche ÉL le enviaba el ultimo mensaje, ELLA se quedaba pensando; imaginando como seria ese hombre del que se estaba enamorando cada día un poco más…

Se preguntaba…

¿QUIÉN ERES?

¿Quién eres? Me lo pregunto todos los días. Sé que estás lejos de mí y que aun así eres como una estrella que ilumina mi camino.

Pero no sé quién eres.

¿Quién eres? Sólo puedo imaginarte, no conozco tu cara, no me has dejado verla bien y no sabes cuanto lo deseo. Así que sólo puedo cerrar los ojos e imaginarte, delinear un rostro que vi en una fotografía donde te miras lejano, donde no puedo apreciarte.

¿Quién eres? Cierro los ojos y te miro de pie, pensando, tranquilo (tú siempre me haces sentir que estás tranquilo). Miras hacía el horizonte, me acerco a ti despacio y te abrazo por la cintura, apoyo mi mejilla en tu espalda y te aprieto. Siento tu corazón latir, late con fuerza. Siento tus manos sobre las mías, de repente, las estrechas. Suspiras y es inevitable suspirar. Te pido que te quedes así. Que hagamos este momento eterno.

¿Quién eres? El pensarte así lo he guardado en mi memoria y es un recuerdo que, aunque sé totalmente falso, me hace estúpidamente feliz. No conozco bien tu cara, nunca he escuchado tu voz, mucho menos te he dado ese abrazo. Y sin embargo eres tú, siempre lo has sido y es único saber que existes.

¿Quién eres? Se angustiaba mi corazón preguntando tantas veces, tenía miedo de nunca encontrarte y un día, de la nada, llegaste.

Un día descubrí que estabas ahí en el rosario que me regaló mi abuela para llevar el día de mi boda y que estreché muchas veces rezando para que llegaras y que ahora estrecho con amor para rezar por ti y para que no te vayas.

Estabas ahí, en todas las poesías, en todos los versos, en todos los textos que escribía para nadie.

Estabas ahí, en todas las veces que pensé en ti aún sin saber que existías.


¿Quién eres? No sé quién eres, no me permites saberlo bien, pero sé que estás aquí, estás en mí.

Estás donde nadie sabe que te encuentras.

Aquí estás, conmigo y la espera valió la pena.

Y si confío en ti, es porque te creo. Y si te creo, es porque confío en mí.




Ahora, poco a poco ÉL le va contando detalles de su vida, la va involucrando en su mundo y la hace tener aun más confianza, después de todo, los dos van recorriendo este camino, de la mano…


ADD
19 de octubre de 2012

viernes, 12 de octubre de 2012

Destino.


5 pasajes de una historia que apenas comienza. “DESTINO” 1-5



¿Cómo? ¿Por qué? Eran las preguntas que rondaban su cabeza los últimos días. No tenía ni la menor idea de por qué ÉL se había cruzado en su camino, había aparecido así, de repente, de la nada y sin ser planeado y ahora le daba sentido a todo.

No lo conoció de una manera convencional, no lo había tocado, no había aspirado su aroma, bueno, ni siquiera había escuchado su voz y sin embargo… sentía tanto.

Pero… ¿por qué?

Estaba tan acostumbrada a encontrar las respuestas en un libro, con un amigo, en internet, que realmente se dolía que, esta vez, no hubiera un manual que le indicara lo que quería saber.

Una madrugada, en una de sus tantas charlas, ÉL le envió un mensaje de texto:

“Yo soy de las personas que cree en el destino y por algo te puso a ti en mi camino. Estoy infinitamente agradecido, de verdad”

Y fue en ese mensaje, justo a las 02:02 am, que ELLA, encontró la respuesta que tanto buscaba:


DESTINO

El destino nunca planeó que coincidiéramos.

Nunca hemos caminado por las mismas calles.

Nunca nos han cobijado las mismas estrellas.

Nunca hemos abierto las mismas puertas.

Nunca me equivoqué y marqué por error tu número para, al final, decirte "disculpe".

Nunca nos tropezamos en algún semáforo en rojo.

Nunca fuiste ese extraño que me sonrío amablemente cuando caminaba con los ojos llenos de nostalgia.

Nunca hemos visto la misma película, en la misma sala.

Nunca hemos subido o bajado por la misma escalera del centro comercial.

No, nunca hemos coincidido.



El destino nunca quiso que termináramos en alguna historia que comenzó por error: como cuando, en una de mis tantas caídas, un desconocido (que no eras tú) me ayudó a levantarme o cuando tú viste pasar alguna chica (que no era yo), la seguiste con la mirada y ella te sonrío.

No, el destino nunca quiso que coincidiéramos, el destino quería que nos encontráramos, que yo te encontrara.

Que te encontrara para que me hicieras sentir todo esto, para que me hicieras sonreír y para que despertaras en mí todo este amor.

El destino me regaló encontrarte y yo; al igual que tú, le estaré eternamente agradecida.


Destino, sí, fue el destino. Ahora sólo esperaba que le tuviera preparadas muchas cosas bellas. No lo dudaba, ÉL era bello, era lo que siempre había soñado, lo que esperaba.

Tomó su mano y decidió seguir adelante, a su lado.

Comenzaron esta historia que yo, por fortuna, tengo el placer de poder contar.


ADD
12 de octubre de 2012

jueves, 4 de octubre de 2012

Entre líneas.

Otoño; puntual a la cita has arribado con esas bellas lunas que te caracterizan y que haces de estas noches las mas "azuladas" de todo el año. De nueva cuenta, ese viento frío que anuncia la etapa final del año me vuelve un poco nostálgico y reflexivo también. Las hojas que caen y las ramas de los arboles, antes verdes y ahora doradas por el sol con las hojas muertas en las ramas, hacen que el panorama "otoñal" ponga ante nuestros ojos una paleta de colores dignos de ser mezclados para realizar una pintura de la escena frente a nosotros. 

Yo , en cambio, mejor me puse a escribir una carta inspirándome en esas imágenes de hojas que caen, en medio del frío y con la neblina a cuestas, caminando, siempre caminando con rumbo a mi guarida.

Con la idea en la cabeza, la nostalgia que me recorre el cuerpo y el corazón latiendo al ritmo de tu recuerdo, solamente me apresté a tomar parte en mi sitio para redactar un poco de mis ideas; plasmar mis fantasmas en una hoja de papel, siempre acompañado por mi pluma vieja y casi sin tinta que me regalara hace ya un tiempo mi papá.

Pues bien, esto dice mas o menos así:

Entre líneas.

De nuevo te vuelves a hacer presente entre las siluetas que se dibujan en la niebla iluminada por el azul profundo de la luz de la luna que no te deja de inmortalizar así  fija e inmóvil, tan perfectamente delineada que podría jurar que estabas ahí. Sin ver siquiera hacia otro punto, pude imaginar tu sonrisa que ilumina el sendero, tan tierna y cálida a la vez, con la esperanza de escuchar tu voz de nuevo para saber, al menos, que todo esta bien.

A pesar de que hace ya un largo tiempo fue que te deje ir de mi lado con ese viento de otoño, si, ese mismo que me arrebató una parte del alma, la llevo lejos y la perdió hasta lo mas apartado del horizonte entre el atardecer de un claro día de octubre que, en tanto descendía el sol entre los cerros, hacía que la noche estrellada se volviera un poco mas fría que de costumbre. De pronto, ese sentimiento de vacío que genera en el estomago una sensación de tener un "hueco", se hizo presente, una vez más.

El pasado, gran bodega de errores, triunfos y derrotas se vuelve hacia mis ojos. "Nunca es bueno voltear hacia atrás" dicen algunos; yo creo que si no aprendimos de lo que dejamos en el camino, jamas habrán valido la pena los raspones y madrazos que la vida y nosotros mismos nos encargamos de dibujar en la piel, en el corazón o en el alma. De ellos habremos de aprender para reflexionar acerca de los resultados y con ello hacer un efectivo "control de daños colaterales" que ciertamente, en ocasiones, es imposible. 

Entre todos esos cachivaches y recuerdos, avivados por el gélido aire de octubre, te sigo guardando un sitio especial. Única y enigmática seguirás siendo cautivadoramente un objeto del deseo. Por increíble que parezca el tiempo y la distancia no han borrado aun esos momento mágicos que regresan a mi mente en cada sonido de violines, en medio de un tango o solo por escuchar de nueva cuenta tu voz; eso es lo que aun mantiene anclado mi barco a tu puerto, carajo.

En medio de este atardecer, una vez más me lo he de proponer el dejarme llevar lejos de tu recuerdo que me sigue hace un buen tiempo. Me alejaré de ti sin más, lo juro nuevamente, aunque el vicio de recordarte no se vaya del todo junto al sonido de tus sollozos, tus risas y tu voz. Dejaré partir de nuevo tu recuerdo para que le haga compañía a ese "cacho" de vida que yace allá, bien lejos y perdido con el lucero que aparece cada que el sol se oculta.

Hasta siempre, con ese viento de otoño que habrá de acompañarnos en el recuerdo de un instante; de saber que la gloria, aunque no sea eterna, es posible conocer en este mundo de vivos, falaces e imperfectos seres humanos, como lo somos tu y yo...

Ya en mi guarida, una vez mas recordé lo que hacia poco había leído en un pequeño fragmento de una de las cartas de Frida Kahlo a Diego Rivera; ahí comprendí como alguien se puede llevar un poco de tu ser sin querer.

(...) Como siempre, cuando me alejo de ti, me llevo en las entrañas tu mundo y tu vida, y de eso es de lo que no puedo recuperarme.

No estés triste.- Pinta y vive-. (Frida Kahlo)

Es curioso todo lo que una persona puede decir "entre líneas"


Carlo Moreno-Jiménez "el Andariego"
Ciudad de México, Distrito Federal,  a 4 de octubre de 2012.



domingo, 9 de septiembre de 2012

Ni de Aquí... Ni de Allá... (el Andariego)

Por cualquier sitio, entre sombras y luces aparezco yo para imaginar una historia paralela a la vida fáctica y real. Observo mi entorno para que, de aquello me miro a lo lejos, pueda crear las historias que me gusta contar.

Camino por aquí y por allá; el sentido de pertenencia hacia un lugar en especial no existe para mi. Dejar la vida pasar y disfrutar de los segundos mágicos que nos pueden llevar a crear fantasía es lo que me alimenta. Ver un atardecer y sentir el viento en la cara y correr por todos lados es un motor de vida. Aprender de los errores ayuda... no estamos exentos de caer de nuevo en ellos. Recoger los pedazos de un corazón roto para volver a unir las piezas y poco a poco retomar los bríos necesarios para regresar a las andadas y las andanzas que no lo mismo... 

Con la cadencia de los sonidos de una pieza de Tango, en medio de una tarde soleada o una oscura y fria noche hago de mi entorno una fuente inagotable de inspiración que me hace escribir un poco más de lo que sucede en el paisaje... Imaginando en la Imaginación... O al menos eso diría yo.

Desde cualquier ángulo en que me encuentre, miro la vida para tratar de hacer una imagen en la mente de quienes se toman el tiempo de leer cada una de las historias que cuento y que aún me faltan por contar; en veces propias... otras más que solo surgen de un breve instante de observación... Dejo que la inspiración, una pluma vieja y unas hojas de papel reciclado sirvan como lienzos sobre los cuales redacto (o al menos eso intento) línea a línea, detalle a detalle todo lo que mis ojos y mis sentidos me permiten transmitir... imaginar...

Al andar por aquí y por allá, la vida pone frente a nosotros situaciones dignas de ser contada desde un punto de vista que nos permita imaginarnos ahí, en el preciso momento en que se desarrolla la historia que leen.

Caminando por la ciudad, con el bullicio de su gente; las risas de los niños y el llanto de algunos enamorados que se alejan y la luz de los atardeceres... Solo me siento en mi banca favorita en el Parque México a observar acompañado por un buen café y con ello seguir escribiendo.

Pero habremos de seguir por el sendero, una vez más para contar los relatos de esos andantes que paseando de un lado a otro me regalan un poco de su magia para escribir las historias, cuentos y párrafos que tienen frente a ustedes.

Hace frío hoy.. veamos que podemos crear de las imágenes que rodean mi sitio desde la banca donde escribo... esa a a la que ya he bautizado como "El taller del Andariego"


Carlo Moreno.Jiménez (el Andariego)
Ciudad de México, Distrito Federal a 1° de Septiembre de 2012

En la Playa de Vallarta...

Se oyen las olas del mar; el sol, detrás de las nubes lejanas, arropan el atardecer que engalana el marco de este día...

La marea se acerca un poco a la playa. Los crustáceos salen de todos los rincones de la arena solo a tomar un poco de aire fresco. La luz se va haciendo cada vez mas tenue...

El cielo, ya de tono azulado, deja ver entre el fondo anaranjado y rosa de la imagen una pequeña aurora fulgurosa que se asoma tímidamente en el firmamento. 

El sonido inconfundible de las gaviotas predomina sobre aquel del mar; un faro que esta allá muy lejos sobre el risco, ilumina el camino de los buques que, en altamar, se observan con sus luces tenues y encendidas.

ahí estabas tu, en medio de la luz de la luna con la arena en tus pies y con un vestido de gaza blanco, pintando sobre aquel bastidor la escena que te describí... Yo solo te miro y me imagino el resultado final de tu pintura... te sigo viendo y el viento toca tu rostro; aquel vestido se deja llevar con el aire... sigues pintando sobre aquel lienzo el atardecer en Puerto Vallarta observada fijamente por las estrellas que nos iluminan a la noche.

Ese arte que realizas comienza a tomar forma... Los trazos y los colores ya dibujan las siluetas de todo eso que te contaba y que mirábamos juntos mientras la brisa del mar nos salpicaba entre el vaivén de las olas...

Solamente te observo... quieto y sin decir palabra alguna. Ese vestido blanco se pinta azul, como la luz de esa luna que plateaba la arena e iluminaba tu mirada...

Volteas hacia mi. Solamente me sonríes y señalas el lucero perdido entre las estrellas; una... cien... miles de ellas nos regalaban una escena mejor. La costa era solo para nosotros que simplemente nos enamorábamos de aquella noche de playa... nuestra playa de Vallarta.

Ya casi terminabas el retrato de aquel atardecer en esa bella playa tapatía mientras me mirabas y me seguías sonriendo. Solamente me dijiste: - Vamos juntos. Caminemos... Y dejaste atrás el godete, los pinceles y pinturas junto a ese lienzo en medio de la arena...

Tomaste mi mano y simplemente caminamos lejos de todo eso... por la costa hasta llegar al faro, en ese risco nos perdimos tu y yo y nos hicimos, por unos instantes, uno solo con la mar...

Miramos juntos al cielo... Pedimos un deseo y juntos regresamos a la Playa de Vallarta...


Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Ciudad Nezahualcoyotl, Estado de México a 7 de Septiembre de 2012

lunes, 3 de septiembre de 2012

Por siempre... (Quiéreme mucho)

Las viejas heridas del alma suelen abrirse en un instante dejando salir aquellos sentimientos guardados que, por más que intentamos cerrar, del todo nunca sucede. Al buscar de nuevo en ese viejo "baúl de los recuerdos" nos encontramos de frente con algunos fantasmas que nos vienen a espetar a la cara de nueva cuenta aquello de lo cual no queremos acordarnos.

En un rincón, apartado de todo y de todos me puse a leer en silencio una carta que jamás llego a su destino. Aquella dama a quien estaba destinada, nunca leyó estas líneas y jamás lo hará; solamente puedo seguir observando fijamente los párrafos de esta carta, que me remueve aún muchos sentimientos guardados muy hondo. Nunca me han gustado las despedidas, aunque fueran obligadas por las circunstancias...



Mientras sigo repasando el texto, la música de fondo se escucha; "Quiéreme Mucho" de Ibrahim Ferrer, acompañado de las agónicas y largas notas interpretadas magistralmente en el piano de fondo. Sigo observando la carta, y la sigo repasando. Aún los recuerdos parecen cercanos aunque ya haya pasado un largo tiempo; desde aquella vez en que iba a entregar la carta en signo inequívoco de la crónica de una despedida anunciada, el rostro de aquella mujer me persigue hasta en mis sueños. A pesar del fin de aquel sueño, y de no haber entregado la carta de despedida, la seguí conservando hasta este momento en que una vez mas y como por capricho del destino se vuelve otra vez hacia mis manos y mis ojos que no dejan de leer sus líneas una y mil veces.



Ahora, ya en la oscuridad de mi sitio, he decidido reproducir esas líneas que nunca fueron leídas por aquella mujer, que en gran parte fomentó a que este Andariego escribiera lo que muchos han visto. Irónico, no lo creen...


Y esto es así: Para siempre...

Noviembre 2010


En la soledad de mi alcoba, recuerdo los gratos, magníficos momentos que he vivido en los últimos días… Ya ha caído la noche una vez más; la tarde ha dado paso a los sonidos de los grillos que anuncian el ocaso de un día más en el que sigo recordándote… recorriendo tu cara con mis manos… escuchando tus gemidos que me hacen estremecer… admirando tu bello rostro angelical… pensando aún más en ti…



Llega la hora de dormir y aún no puedo dejarte ir de mis pensamientos… te vuelves materialmente presente pero invariablemente no es posible… te recuerdo en cada detalle… en tu sonrisa y en tu mirada observo un poco más de tu alma… Única e inigualable como tú misma lo eres, me perturbas el sueño… no puedo dejar de pensar en ti… no quiero hacerlo… aunque debo, no puedo… sigues aferrada a mi así como yo de ti…



Sabes… eres imposible de olvidar en la dimensión en la que te veo en mi vida… eres algo más de lo que imaginaba… ¿lo sabes?, ¿lo imaginas?, ¿lo crees?... porque has de saberlo, mujer… que éste que se dice tu admirador ferviente, antes secreto y ahora publico… amante de tu sonrisa y de tu mirada cautivante y enigmática… sufre en demasía al saber que se ha construido una magnifica historia en la ficción de un sueño que arriba al puerto de donde atracó para zarpar a mar abierto… donde tú y yo nos perdimos entre todo el oleaje e hicimos nuestra el altamar… rompimos los paradigmas que nos rodeaban… saboreamos juntos los besos que nunca imaginamos posibles… nos hicimos sentir nuevas sensaciones… provocamos un cambio… escribimos una historia paralela que ambos hemos protagonizado…



… pero ha llegado el momento… decir adiós no bastará porque dejas una huella en mi ser… el amor quedará siempre aquí… en lo más profundo de mi corazón… siempre me acompañará y te seguirá aunque te encuentres a la distancia… ese idilio de amor que nos permitimos tener y de aquello que hemos aprendido siempre perdurará… “Lo que bien se aprende, jamás se olvida”…



¿Recuerdas esa canción de Armando Manzanero?... claro, ya lo hiciste… “Contigo aprendí… que existen nuevas y mejores emociones… Contigo aprendí… a conocer un mundo lleno de ilusiones…” Sí, en parte tuviste razón… eres y seguirás siendo una ilusión para mí… pero ha llegado el momento de dejar que el barco llamado Odisea, en el que juntos zarpamos al viaje inhóspito que nos llevó a donde nos encontramos el día de hoy… Hemos llegado de nuevo al muelle… en medio de la oscuridad que se forma por el ocaso de una tarde de noviembre… las luces del navío comienzan a encenderse y los acordes de esa canción nos ponen nostálgicos… nos vemos a los ojos y tomados de la mano bajamos por la escotilla… tocamos tierra y la música de fondo se va alejando… una lagrima brota por tu mejilla y tomo tu rostro iluminado por los luceros del firmamento para limpiar tu carita… mi voz se corta un poco al querer decirte tanto… mis ojos se enjugan de tanta emoción reprimida y te miro fijamente… es momento de partir… el tiempo de sepáranos ha llegado… mi vida, mi corazón y mi alma te las llevas tú… el beso que me diste, aquella tarde de otoño marcó mi ser... y lo he de reconocer… es hora de partir…



Se siente la nostalgia en el ambiente… de ti me separaré aunque contigo me quedaré siempre prendido a tu corazón… El cariño en nada cambiará aunque, si me permites decirlo, los besos tan apasionados los extrañaré… sentirte tan cerca de mí… hacerte vibrar como tú lo hiciste conmigo… no sé si esto alguna vez tenga replica… no lo sé… pero de lo que si estoy seguro es que en ese barco volvería a buscarte para seguir con ese sueño que inicio… y que me duele hasta la vida tenerme que despertar… el tiempo ha llegado, ya es hora de regresar…



Hasta siempre… y por siempre estaré a tu lado… Amour de ma vie… à bientôt…



Después de leer por última vez aquella carta, solo cerré el sobre que la contenía y la dejé volar al cielo, donde habría de perderse alto, muy alto. Allá arriba "con los pájaros" estaría siempre recordando que aquel amor de imposible culminación quedaría escondido detrás de las nubes, con la luna como su eterna compañera... Entre el frio de Septiembre, dejé ir un poco de mi alma en ese trozo de papel.. Por siempre.



Carlo Moreno-Jiménez (El Andariego)
Ciudad de México, Distrito Federal a 3 Septiembre de 2012

martes, 28 de agosto de 2012

No es acerca de ti...


Esto no es acerca de una historia bonita ni de una andanza como las que generalmente relatan Los Andariegos, esto no es acerca de un final feliz ni de una enseñanza. Esto no es acerca de un encuentro esperado ni de un abrazo que habría de durar toda la vida, esto no es acerca de un corazón destrozado.


Esto, esto no acerca de ti…


NO ES ACERCA DE TI


Esto no es acerca de ti. Se trata del como me perdí en tus labios hermosos y del sonido de la respiración agitada como si hubiera que esforzarse para respirar y luego exhalar.



Esto no es acerca de ti. Es acerca de como ni siquiera te detienes a pensar por un segundo que puedo sentir algo, como todo ser humano, antes de que aplastes mi corazón en el suelo y le escupas tu orgullo y como no piensas en las consecuencias que ello tendría sobre mi frágil cuerpo.



Esto no es acerca de ti. Es acerca de como te ríes de cada gota de agua que cae por mi rostro después de lanzarme por el precipicio y como despreciabas todo lo que te decía que te amaba…

¡Ah, si! Se te olvidó un pequeño detalle:
¡Que llegue a amarte más que a nada!



Esto no es acerca de ti. Se trata de cada herida de arma blanca que infligiste en mi corazón con cada palabra dulce pero envenenada y sobre todo de cada indiferencia de tu parte.



Esto no es acerca de ti. Se trata de la felicidad que perdíamos después de cada intento, después de negarme amor, el amor que sabías que necesitaba y también es acerca de las convulsiones causadas por mi llanto.



Esto no es acerca de ti. Es acerca de como perdí noches de sueño cuando me ahogaba alrededor de la preocupación y del dolor de no tenerte junto a mí.

¡Ah, si! Se te olvidó un pequeño detalle:
¡Tú eras mi única preocupación y lo que más anhelaba en el mundo!


Esto no es acerca de ti. Esto es acerca de un alma que era hermosa antes de ser herida, de mi inseguridad y la forma en que mi belleza estaba teñida con dolor por todo el cuerpo sin ningún tipo de atención.



Esto no es acerca de ti. Se trata de la chispa en mis ojos cada vez que hablaba contigo y la forma en que no me importaba si tenía que vender mi corazón al mercado negro con tal de ganar algo de tu amor.


Esto no es acerca de ti. Es acerca de como me torturabas con la idea de olvidarme y con la amenaza que nunca volverías y la forma en la que me utilizabas para matar poco a poco la esperanza, para evitar que el sonido del corazón siguiera al ritmo de nuestros sueños.

¡Ah, si! Se te olvidó un pequeño detalle:
La esperanza es lo último que se pierde



Esto no es acerca de ti…


Esto es acerca de mí y de como me he arruinado.



Esto es acerca de como se afectan sentimientos y corazones al querer tener lo que es imposible. Se trata de mi incapacidad para pensar, para dejarte ir y se trata; se trata del amor que ahora me quieres quitar…




ADD
28-Ago-2012

domingo, 12 de agosto de 2012

Llueve en la Ciudad


Hoy, después de la fuerte lluvia que cayó en el centro de la ciudad de México, me puse a recordar aquello que me sucedió hace ya bastante tiempo.

Pero… Permítanme presentarme: Mi nombre es Enrique Barberá, viejo amigo de Isabella, la linda señora protagonista de esta historia; literalmente digo lo de "viejo" porque tengo cumplidos 73 años en los cuales aprendí que en el silencio podemos decir tantas cosas…


Pero en fin, te contaré la historia:


Una luz en el cielo seguida de un estruendoso sonido indicaba la inminente llegada de una tormenta, el reloj de la Catedral marcaba las 7 pm, la gente corría a buscar refugio en los arcos del palacio del Ayuntamiento; otros más; entraban corriendo a la estación del Metro Zócalo.

Isabella caminaba a lo largo de la plancha de la Plaza de la Constitución sin percatarse de todo el ajetreo que había a su alrededor. Contemplaba el andar de los paseantes y se imaginaba las cosas que platicaban, se decían o se gritaban. A su paso, la gente la miraba curiosamente; pues ella parecía no escuchar nada ni a nadie; así es, nuestra buena amiga Isabella, no podía oír nada.

Desde pequeña fue diagnosticada por un especialista, el cual dijo a sus papás que la niña padecía una sordera profunda y la única forma de poder interactuar con ella sería por medio de gestos y, en algunos años, por medio de letras. Con el paso del tiempo, Isabella se fue familiarizando con aquel silencio obligado que habría de acompañarle durante el resto de su vida. Ella pensaba que lejos de ser malo no poder oír a nadie, era lo mejor que pudo haberle pasado, ya que nunca habría interrupciones, gritos o lamentos que entraran a su cabeza y perturbaran su paz.


Amante de recorrer grandes espacios y de realizar largas caminatas los Viernes por la tarde, Isa; como le decimos de cariño, seguía siempre el mismo trayecto: llegaba procedente de la calle Barcelona, en la Colonia Juárez, caminaba desde la calle Manuel Tolsá y, doblando por la izquierda, se entretenía con las novedades que ofrecían los vendedores de libros en la Ciudadela. Recorría la Avenida Balderas hasta llegar a Juárez y caminaba por la acera de la Alameda Central, luego llegaba a la calle de 5 de mayo donde por lo regular tomaba un café Expreso o un cortado largo si su humor no era del todo bueno. Concluía su travesía al llegar a las puertas de la Catedral, cruzaba la Plaza de la Constitución y tomaba un lugar para observar, imaginar y sobre todo para meditar.
Si que la conozco bien…
Pero bueno… Lo que quiero relatarte, sucedió un 12 de Abril de 1989, como ya mencioné, eran las 7 pm y una fuerte tormenta estaba a punto de caer. Isa caminaba ya sin rumbo pues el único motor que mantenía a flote su barco había partido: Su padre, quien le había enseñado que lo importante no eran las palabras sino los actos, ese hombre que secó sus lágrimas cuando su mamá murió, “mamá nos mira desde el cielo” decía Don Jerónimo a su pequeña hija para tranquilizarla, aquel hombre de mirada serena y de paciencia inagotable había fallecido ese día por la mañana.

Las gotas de lluvia caían de tal forma que parecía que miles de personas lloraban al unísono. Los truenos que esa tarde y esa noche acompañaron a nuestra querida amiga fueron reflejo de la tristeza y los gritos de dolor que ella no podía sacar.

Las luces del alumbrado se encendieron y con ello se dio paso a la noche, una muy larga noche para nuestra querida Isa quien enfilaba sus pasos por 20 de Noviembre para dar vuelta hacia la calle de San Jerónimo  justo como el nombre de su padre. Rompió en llanto al ver la nomenclatura enmarcada en un cuadro azul con letras blancas, caminaba por esa callejuela hasta llegar al jardincito de Las Vizcaínas donde en medio del silencio, los arboles y las frías bancas de metal por primera vez pudo escuchar algo, una voz que le dijo:

-Sábete muy bien que eres todo para mi, que me hiciste muy feliz y que mi tiempo ha llegado. ¡Si tu madre pudiera haberte conocido como yo lo hice estaría tan orgullosa de ti! Mi cielo, pedacito de cielo.
El momento y las circunstancias en que se encontraba Isabella hicieron que estas palabras tuvieran un efecto inimaginable: Pudo oír hablar al corazón.

Muy pocos son los que tienen ese maravilloso don de poder saber qué es lo que alegra o acongoja a la gente, muy sabios aquellos que dicen que EL CORAZON NO ES SOLO UN ORGANO VITAL, ENTRE SUS MULTIPLES FUNCIONES, REALIZA UNA MUY IMPORTANTE: GUARDAR LOS SENTIMIENTOS...

El tiempo pasó volando, la fuerte lluvia se convirtió en sólo una ligera brisa; el reloj ya marcaba las 12 am. Nadie sabía dónde estaba la bella Isa; una mujer de 24 años muy bonita a la cual siempre le gustaba andar muy bien arreglada, coqueta y que para todos tenía siempre la misma respuesta: una sincera sonrisa que nos hacia el día a quienes teníamos la fortuna de disfrutarla.

Uno de sus primos siguió buscándola y finalmente la halló caminando entre las jardineras de la Ciudadela, con un sentimiento de nostalgia pero llena de paz y tranquilidad. ¡Por primera y única ocasión había escuchado hablar a su querido papá! La lluvia seguía cayendo sobre el camino de nuestra amiga...

20 años han pasado desde aquel suceso y cada que llega la fecha, el día de rememorar a su padre, Isabella recorre calles ya cambiadas y realiza el mismo trayecto de aquel día de la partida de su papá.
Es 12 de abril de 2009, son las 6:53 de la tarde, las nubes grises a lo lejos nos advierten de la tormenta, Isa sigue sobre sus pasos recorridos y al fin llega al, ahora descuidado y solitario, Jardín de Las Vizcaínas.

Se dirige a aquella banca donde sentada estaba ella y en la cual se produjo el maravilloso milagro de que pudiera escuchar lo que le decía su papá. Esta parecía que estaba esperándola para que tomara asiento en ella. Son ya las 8 de la noche y comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, en medio de ese lugar, entre luces y silencio, me encuentro con nuestra amiga Isabella a quien desde lo más profundo de su ser le oí decir:

HACE 20 AÑOS TE VÍ PARTIR, HACE TANTOS AÑOS ANHELO VERTE VENIR. EL DÍA DE HOY, COMO HACE YA BASTANTE TIEMPO, LLUEVE EN LA CIUDAD DE LOS PALACIOS. GENTE QUE SE VA, LLEGAN UNOS NUEVOS PERO SIEMPRE SE QUEDARAN AQUELLOS QUE, AUNQUE SON LOS MENOS, SERAN LOS QUE DE POR VIDA SE LLEVARAN MIS APRECIOS Y MIS MEJORES DESEOS.


Isabela me enseñó una lección importantísima ese y muchos días: todos debemos escuchar no solamente las palabras, también las acciones cuentan.

Al terminar de escuchar aquella historia, recordé que siempre es bueno hablar con la gente ya que ellas tienen muchas cosas interesantes por contar...


Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Ciudad de México, Distrito Federal 12 de agosto 2012

jueves, 2 de agosto de 2012

Pedazos del pasado... (desde el baúl de los recuerdos)

“En un pedazo de papel podemos plasmar una impresión del alma desde lo más profundo, sin pensar quizás,  que ello habrá de trascender mientras no sea degradado con el tiempo…”

Estas palabras las escuché hace tiempo de un buen amigo y de inmediato vinieron a mi mente aquella tarde…

Caminaba por las calles de Madrid, recién había salido de clases y no quería volver a mi habitación ya que el calor del verano era  abrasador. Al cruzar por un pequeño callejón encontré una biblioteca, entré de inmediato y comencé a deambular por los pasillos. Entonces  me atrajo la mirada una placa metálica en uno de los estantes: -“Libros donados por Don Jerónimo Cisneros, para la comunidad Madrileña. De parte de un mexicano agradecido con vosotros por el cobijo otorgado en mi exilio“. Imagino que habrá sido un gran lector, pues la colección se componía de unos 1024 libros, según decía la placa con fecha de agosto de 1934… Seguí haciendo mi recorrido. No buscaba nada en específico; sólo me entretenía viendo las largas filas de libros y de vez en cuando tomaba alguno y lo hojeaba por encima.

Después de casi una hora decidí salir; cerré el tomo que tenía en las manos y me dispuse a ponerlo en su lugar. Me estaba costando trabajo, algo me impedía acomodarlo y al buscar el motivo encontré un pequeño volumen de no más de 15 cm; las pastas, de color negro, estaban desgastadas, no tenía título y parecía que nadie lo había abierto en mucho tiempo. Lo tomé y comencé a hojearlo igual que había hecho con los anteriores. No contenía nada importante para mí, parecían rutas de navegación. Estaba a punto de dar por terminada la inspección cuando encontré algo que llamó poderosamente mi atención:

Era un sobre amarillento, las palabras escritas sobre él eran ya ilegibles; sólo alcancé a leer en una esquina la palabra “Cisneros”.

Abrí aquel enigmático sobre y saqué una hoja, una carta escrita con una impecable caligrafía totalmente legible:


Veracruz, México. Diciembre 25 de 1912

Mí muy amado Jerónimo:

Quisiera en éste momento poder mirar tus ojos y que fueran mis labios y no mis letras los que expresaran el sentimiento que albergo después de haber leído tu carta; esas letras que llenaron mi espíritu de esperanza; que llenaron mi cuerpo de calor; el calor que no había sentido desde hace 9 años,  para mi, una eternidad…

Quiero que sepas que todos los días y en cada momento estás  en mis pensamientos; cada respiro y cada suspiro son por ti y para ti.

Te añoro tanto amor mío, añoro tenerte entre mis brazos, añoro aquellas tardes en que bajo  el crepúsculo acariciabas mi cabello durante largo rato mientras mi cabeza reposaba entre tus piernas…

Nada ha vuelto a ser lo mismo desde que no estas aquí, podría decir que el tiempo se detuvo en aquel beso de nuestra despedida. Aún puedo sentir en mis labios el suave roce de los tuyos y tus tiernas caricias sobre mis mejillas limpiando las lágrimas que caían; lágrimas que no han dejado de correr durante todo éste tiempo.

Muchas veces me han preguntado ¿Por qué no sonrío? Quisiera gritarles que mi alegría se fue contigo, que no volveré a sonreír hasta el momento en que pueda recostar mi cabeza sobre tu pecho de nuevo y vuelva a escuchar las palabras que me llenan de vida: Te amo.

Amado mío, regresa. Regresa por favor; ven a mi y quédate para siempre, no tardes porque sin ti, de apoco se me va la vida y no quiero terminarla si no es contigo a mi lado, no quiero esperar a otra vida; quiero vivir ésta contigo.

Puedo escuchar las campanas tubulares del reloj, sé que cuando leas éstas líneas contemplarás mi retrato,  sábete  que yo sostengo el tuyo y lo oprimo a mi pecho con fuerza.

No me despido de ti amor mío, sólo te dejo un instante. Dentro de este sobre va también mi corazón y todo mi amor.

Una vez más te ruego que vuelvas; te espero.

Siempre tuya

Carolina Ponce de León


Cuando terminé de leer la carta todo mi cuerpo vibraba al saber todo el sentimiento que contenían esas letras.

Guardé la hoja con mucho cuidado en el sobre y lo puse de nuevo en el libro, pensé en llevarla conmigo pero su lugar era entre aquellas páginas, estoy segura que aquel volumen perteneció a Jerónimo Cisneros, entonces era el hogar de aquel sobre que no contenía sólo palabras, sino un corazón.

Fue entonces que recordé las palabras de mi amigo y más que nunca cobraron sentido para mí.

Como alguna vez escribiera Shakespeare:

"El tiempo es muy lento para los que esperan...
Muy rápido para los que temen, 
Muy largo para los que sufren, 
Muy corto para los que gozan; 
Pero para quienes aman, el tiempo es eternidad."


No sé si algún día Carolina y Jerónimo volvieron a estar juntos, pero desde lo más profundo de mi corazón, deseo que así haya sido...


ADD & Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Madrid, España.- Ciudad de México a 2 de Agosto de 2012


domingo, 29 de julio de 2012

En el exilio... (desde el baúl de los recuerdos)

En ocasiones, muy contadas por cierto, podemos tener entre nuestras manos una pieza del pasado que forma parte de una historia que, sin querer y como capricho del destino, ha querido ser contada. En un baúl arrumbado, entre el polvo y las telarañas de vario tiempo atrás y del característico olor a Cedro de los muebles antiguos de la casa me adentro a investigar el contenido del incorrupto artefacto y maravillarme con los objetos que he descubierto al abrir su cerradura.

Descubrir que aún conserva estampas con imágenes postales de Veracruz, Nueva York o de Bilbao y que conservan las fechas de atraco de los barcos en que este objeto centenario viajó por una parte del mundo. 

En una de las etiquetas, se alcanza a percibir el nombre de Carolina Ponce de León A--- (supongo yo, la dueña primigenia de este artefacto) y que en el fondo del baúl entre papeles y fotografías color sepia descubrí un sobre en cuyo interior se encontraba una carta:


Montpellier, France le 23 Octobre, 1912

Desde éste, mi sito en el exilio y en el que a mi pesar he encontrado un poco de refugio te escribo para saber si es que aún recuerdas mi rostro. Ha pasado ya largo tiempo desde que embarqué en el hermoso Puerto de Veracruz aquella tarde de abril, en medio del atardecer en el Golfo con la mar picada, un tanto alborotada pareciendo que me daba la despedida de mi amada tierra a la cual no habré de regresar jamás.

Hoy, como lo hago desde hace ya casi 9 años te añoro a la distancia. La pesadumbre que vivo con mi sombra como única compañía en esta lejana tierra en la que a pesar de lo maravilloso de sus calles, del aroma en sus cocinas y del color de su cielo al caer la noche te extraño; entre tantas cosas que quisiera compartir contigo... La soledad me esta matando en vida; me he vuelto insensible hasta a lo mas helado, a lo mas amargo... 

Al ver tu retrato, mi tesoro invaluable quisiera tener una oportunidad más para apretarte fuerte. Sentir que respiras al ritmo de los latidos de este fatigado corazón; percibir las notas de tu aroma a fresas que tanto me encanta y recorrer mi mano por tu bello rostro ruborizado por la vergüenza que te causa demostrar tus gestos maravillosos al sentir como recorren mis manos tu cara. Recordarte es un elixir no para la vida eterna, sino para seguir con vida...

Vida... si acaso el destino alguna vez me diera la dicha de ver tus ojos claros una vez más. Tal vez tenga que aguardar un siglo, una eternidad o hasta el fin de los tiempos pero sé que habrá de valer la pena. No existe sufrimientos sin recompensas y tu, mi amada Carolina vales este y muchos más sacrificios y tortuosidades que pasar. 

Es ya casi la media noche cuando estoy escribiéndote; las campanas tubulares del reloj que aguarda en la sala de estar suenan y dejan el eco, reflejo de la soledad que hace un suplicio mi vida. Te extraño tanto, mi amor que aunque tenga que aguardar un instante más lo haré pensando en que nuestra será la eternidad. 

Tuyo, siempre;

Jerónimo Cisneros

Me ha causado intriga saber si fue respondida la carta. Tal vez así haya sido; tal vez nunca fue atendida la petición... En un pedazo de papel podemos plasmar una impresión del alma, desde lo mas profundo sin pensar quizás que ello habrá de trascender mientras no sea degradado éste con el tiempo... 

Carlo Moreno-Jiménez (L' Andariego)
Mexique, le 29 Juillet, 2012



sábado, 30 de junio de 2012

Más que un Derecho... Un Deber.

Hoy, mis queridos amigos, lejos de escribir lo que acostumbro hacer en este blog, quisiera platicarles algo. Estamos pues a unas cuantas horas de iniciar una Jornada Electoral mas. Los pendones en las calles, aun y en contra de las disposiciones que nos marca el COFIPE y demás ordenamientos legales relacionados a la materia y el incesante bombardeo de los llamados "spots electorales" que nos dejan después de casi 6 meses de soportarles en radio y televisión con el llamado de todos los actores políticos involucrados en estas elecciones que nos han hecho a nosotros, los electores para que votemos por aquellos y sus proyectos de nación y desarrollo. el día pues, ha llegado.

Unos candidatos nos dicen tener "El Cambio Verdadero"; otros nos dicen ser "Diferentes"... otros más se dicen "Comprometidos por México" y algunos más hacen la pregunta "¿Contamos Contigo?"... Caramba, tal vez alguno de ellos pueda solucionar algunos de los problemas que han aquejado a este país... 

Lo que debemos de realizar todos y cada uno de los que pretendemos que nuestro México cambie y mejore es demostrar civismo al participar de la jornada cívica-electoral. Tratar de conocer, en la medida de las posibilidades, todas y cada una de las propuestas que los candidatos a puestos de elección popular nos brindan a los electores que,como algunos chavales, habrán de votar por primera vez en las “presidenciales”

He de ser sincero... Me provocó un hartazgo mayúsculo el hecho de que los candidatos a ocupar la primera magistratura en el pais se tiraran golpes bajos y ataques... ninguno se salvo de aquello, hasta el que parecía mas sereno, al final se termino soltando la greña y a puño limpio se metio a los catorrazos. Las descalificaciones y los golpes bajos han inundado los espacios radiofónicos y televisivos demostrando que, a pesar de existir una “incipiente democracia” como algunos consideran a la nuestra, ésta no se ha mostrado en plenitud, ya que a capricho de los partidos políticos se ha conformado al árbitro electoral, pero bueno, eso es tema para otra ocasión.

Bien lo dicen algunos... Asi es la politica, en fin.

Pero regresando a lo que quiero decirles, mis amigos. Nosotros como ciudadanos conscientes de la problemática, por todos conocida en nuestro país, la violencia, la sangre derramada, el descontrol del índice creciente de pobreza… todo eso que los medios se han encargado de espetarnos en la cara día y noche, me hacen pensar… ¿para qué demonios votar por un candidato, cuando este hace lo que le viene en gana? Me ha costado sacarme de la cabeza ese pensamiento. Prefiero votar por aquél que me convenza con propuestas y no con despensas, dijeran algunos… mas sin embargo, yo opino que además de las propuestas, debemos tomar en cuenta otro aspecto, la aptitud para el encargo y la actitud para saber encauzar el poder y hacer lo necesario para darle un poco de bienestar a las personas que lo necesiten.

En estos momentos habrá gente que aun no tenga decidido su voto o de plano lo va a anular. Ojalá y lo mediten mejor, aunque no con ello les trato de vender espejitos diciendoles que si no votan todo se va a ir al carajo, o a uno u otro candidato. Cada uno de nosotros somos libres de hacer lo que querramos, aunque eso sí, despues no nos quejemos por quien queda al frente del gobierno...

Debemos tener en cuenta que ellos, a quienes podemos llevar al poder con el sufragio efectivo, ese que defendieron muchos personajes historicos, son nuestros EMPLEADOS... a quienes habra que pedirles cuentas, saber que hacen, que fin buscan, el porque de sus actos.... en fin, es por nosotros y para nosotros por los que deben trabajar aunque hay algo interesante...

Para que el reloj sea funcional y exacto debe trabajar sincronizadamente con todas y cada una de las piezas que lo conforman... qué quiero decirles con esto:

Pues bien, para que nuestro país mejore, debemos de dar lo mejor de nosotros a este maravilloso suelo, trabajarlo día a día tanto literal como metafóricamente hablando. Si queremos un poco a este noble México que sabe luchar a mano limpia contra toda adversidad, si sabemos la historia pasada, la no tan afortunada presente y la incierta en el futuro, habremos de ponernos las pilas TODOS y desde ya, comenzar a trabajarle… a darle duro antes que el destino nos alcance.

Yo veo un México prospero, que pueda iniciar un cambio verdadero desde los ciudadanos que tocamos las entrañas de esta nación, para que, con nuestro ejemplo que habrá de ser imitado sea el motor que guie a nuestro país a los sitios que lo pongan de nueva cuenta ante los ojos del mundo.

Ciertamente, el hecho de que constitucionalmente por ser ciudadanos de este Estado Mexicano tengamos como prerrogativa el emitir un sufragio, esto no debe quedarse en la noción como el hecho de ejercer un derecho. Es un deber ciudadano...

Independientemente de las preferencias partidistas que cada uno de nosotros pueda tener... espero que aquel o aquella que sea elegido por la mayoría de los votantes, tenga exito en su encargo... sea quien sea. Que tenga inteligencia y tamaños para solucionar lo que haya de ser solucionado y continuar con lo que haya de ser continuado...

Yo creo en esas palabras que alguna vez dijo Albert Einstein… “el Ejemplo no es la mejor forma de enseñar… Es la única.”  Por ello, voy a ir a votar… para dar el ejemplo. 

Viva México y a emitir el Sufragio efectivo... 

Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
México, Distrito Federal a 30 de junio de 2012

lunes, 25 de junio de 2012

Todo fue una nada. (Volví a la luz)

En la esquina de Madero, bajo el reloj de la Torre Latinoamericana observo que ya son las 12:34 am. Debajo de mi gabán azul, mojado por la brisa provocada por el viento y la lluvia veraniega de madrugada que cae de repente aprieto el puño recordando todo... levanté la cabeza para vigilar, y entre la cortina de agua miré que desde el otro lado de la calle hacen señas para atraer mi atención... Debo concentrarme en el objetivo... Hacerle pagar...

Sin distracción, miro a aquella persona que, con saco en mano, agitando vigorosamente esa prenda entre la tormenta trata de hacerme voltear. -Lo ha conseguido. Pensé. -Aunque esa silueta me parece familiar, juraría haberle visto antes. A pesar de la anchura de la avenida, distingo la forma femenina. No estoy seguro si trae falda negra o azul. 

Esta noche no me agrada. Tal vez mis planes se estropeen, es más, siquiera pensar en hacerle daño... no quisiera salir en la portada de las noticias del Excélsior o peor aún, que mi nombre sea voceado por la radio  en las noticias de las 4 y me señalen como asesino. Pero esta sed de vengarme, de hacerle pagar por el oprobio causado. ¡Basta! debo dejar de pensar en la vendetta. Han pasado ya 3 años y aun no puedo dejar  de pensar... de olvidarles a ambos, sentados en aquella mesa del Danubio brindando por su efímera felicidad... Maldita sea, sus risas no me dejan en paz. Sus caras, sus ojos. El simple hecho de recordarlos en ese beso que se dieron, de mi desafortunada aparición en escena y de sus suplicas, falaces y vacías de olvidar, de olvidarla. Quiero perdonar, pero no puedo.

Sigo pensando en esa traición que no solo hirió mis sentimientos, también mi ego... Aún tengo presente el aroma de tu perfume, aquel que te regale en un aniversario. Ese que me encantaba con olor a gardenias. 


Tu mirada que solo avivaba la flama de la antorcha encendida que dejaste en mí. Todo fue una nada. 

Volteo de nueva cuenta hacia la esquina. la lluvia ha cedido un poco y las siluetas van tomando forma.

Reconocería esos brazos delicados, ese cabello negro y esa voz aguda. Eres tú. La causante de mis mas desesperados deseos de vengarme, desde aquella fatídica tarde. Quisiera abrazarte, mi amada Regina. Quisiera decirte lo mucho que te he echado de menos. 

Aquella mujer sigue atrapando mi atención. El recuerdo y la flama se encienden; no puedo detenerme, la furia recorre mi cuerpo y me quema desde adentro. Pero no quiero hacerlo, no quiero hacerle daño. A la mujer que amé, a esa que me traiciono con ese desdichado de David, al que creí mi gran Amigo. Maldita sea su suerte...

-Es ahora o nunca, la ocasión perfecta para tomar revancha. Eso pensaba. Que tan desdichado sería que la suerte no me acompañaría en esa fría y húmeda noche de junio...

Cruzo la calle, decidido a ir y jugármelo todo. Sanar lo que había sido vulnerado, terminar con la causa de mi dolor. 


-Matarla será lo mejor. Pensaba mientras caminaba lentamente hacia su sitio.

Bajo la lluvia, que comenzaba de nuevo a fastidiarme el traje azul, tomé por el brazo a Regina. Pretendía llevarla caminando para perdernos entre los frondosos ahuehuetes de la Alameda y no hubiera testigos. Nadie quien presenciara el acto dramático finale... Muchos días y noches esperé esta oportunidad para cobrarle, lo que la vida no había hecho aún. Seguimos a pie, con pasos cortos pero vigorosos, entre los charcos y las hojas de los árboles en el piso, de entre mis ropas saqué el arma... esa que habría de ser la causante de una tragedia.

-Es momento de hacerte pagar por lo que me hiciste, por todo. Le dije.

= Nadie, ni tu ni dios podrán borrar lo que viste. Lo hice, y lo volvería a hacer si fuera necesario. Me espetó en la cara. 

-Pues ni Dios ni su corte celestial habrán de salvarte. Es tiempo de que pagues por el sufrimiento que me causaste. Tu vida, hasta aquí ha llegado. Gritaba con el arma en mi mano, que temblaba tanto que no podía animarme a dispararle.

Su mirada adusta, con los ojos cristalinos, y entre mis vacilaciones me hicieron ceder. Arroje el arma; fue un gran error. La frialdad había hecho presa de esa mujer, a la que tanto ame...


Ella, sin dudarlo un instante aprovechó la situación. 

= Hasta aquí has llegado, yo fui quien te hizo sufrir, ahora te daré tranquilidad... Hasta siempre, Martín.

Cerré los ojos, un estruendo calló la lluvia...

Volví a la luz... para nunca regresar...



Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Ciudad de México, 25 de junio de 2012