lunes, 3 de septiembre de 2012

Por siempre... (Quiéreme mucho)

Las viejas heridas del alma suelen abrirse en un instante dejando salir aquellos sentimientos guardados que, por más que intentamos cerrar, del todo nunca sucede. Al buscar de nuevo en ese viejo "baúl de los recuerdos" nos encontramos de frente con algunos fantasmas que nos vienen a espetar a la cara de nueva cuenta aquello de lo cual no queremos acordarnos.

En un rincón, apartado de todo y de todos me puse a leer en silencio una carta que jamás llego a su destino. Aquella dama a quien estaba destinada, nunca leyó estas líneas y jamás lo hará; solamente puedo seguir observando fijamente los párrafos de esta carta, que me remueve aún muchos sentimientos guardados muy hondo. Nunca me han gustado las despedidas, aunque fueran obligadas por las circunstancias...



Mientras sigo repasando el texto, la música de fondo se escucha; "Quiéreme Mucho" de Ibrahim Ferrer, acompañado de las agónicas y largas notas interpretadas magistralmente en el piano de fondo. Sigo observando la carta, y la sigo repasando. Aún los recuerdos parecen cercanos aunque ya haya pasado un largo tiempo; desde aquella vez en que iba a entregar la carta en signo inequívoco de la crónica de una despedida anunciada, el rostro de aquella mujer me persigue hasta en mis sueños. A pesar del fin de aquel sueño, y de no haber entregado la carta de despedida, la seguí conservando hasta este momento en que una vez mas y como por capricho del destino se vuelve otra vez hacia mis manos y mis ojos que no dejan de leer sus líneas una y mil veces.



Ahora, ya en la oscuridad de mi sitio, he decidido reproducir esas líneas que nunca fueron leídas por aquella mujer, que en gran parte fomentó a que este Andariego escribiera lo que muchos han visto. Irónico, no lo creen...


Y esto es así: Para siempre...

Noviembre 2010


En la soledad de mi alcoba, recuerdo los gratos, magníficos momentos que he vivido en los últimos días… Ya ha caído la noche una vez más; la tarde ha dado paso a los sonidos de los grillos que anuncian el ocaso de un día más en el que sigo recordándote… recorriendo tu cara con mis manos… escuchando tus gemidos que me hacen estremecer… admirando tu bello rostro angelical… pensando aún más en ti…



Llega la hora de dormir y aún no puedo dejarte ir de mis pensamientos… te vuelves materialmente presente pero invariablemente no es posible… te recuerdo en cada detalle… en tu sonrisa y en tu mirada observo un poco más de tu alma… Única e inigualable como tú misma lo eres, me perturbas el sueño… no puedo dejar de pensar en ti… no quiero hacerlo… aunque debo, no puedo… sigues aferrada a mi así como yo de ti…



Sabes… eres imposible de olvidar en la dimensión en la que te veo en mi vida… eres algo más de lo que imaginaba… ¿lo sabes?, ¿lo imaginas?, ¿lo crees?... porque has de saberlo, mujer… que éste que se dice tu admirador ferviente, antes secreto y ahora publico… amante de tu sonrisa y de tu mirada cautivante y enigmática… sufre en demasía al saber que se ha construido una magnifica historia en la ficción de un sueño que arriba al puerto de donde atracó para zarpar a mar abierto… donde tú y yo nos perdimos entre todo el oleaje e hicimos nuestra el altamar… rompimos los paradigmas que nos rodeaban… saboreamos juntos los besos que nunca imaginamos posibles… nos hicimos sentir nuevas sensaciones… provocamos un cambio… escribimos una historia paralela que ambos hemos protagonizado…



… pero ha llegado el momento… decir adiós no bastará porque dejas una huella en mi ser… el amor quedará siempre aquí… en lo más profundo de mi corazón… siempre me acompañará y te seguirá aunque te encuentres a la distancia… ese idilio de amor que nos permitimos tener y de aquello que hemos aprendido siempre perdurará… “Lo que bien se aprende, jamás se olvida”…



¿Recuerdas esa canción de Armando Manzanero?... claro, ya lo hiciste… “Contigo aprendí… que existen nuevas y mejores emociones… Contigo aprendí… a conocer un mundo lleno de ilusiones…” Sí, en parte tuviste razón… eres y seguirás siendo una ilusión para mí… pero ha llegado el momento de dejar que el barco llamado Odisea, en el que juntos zarpamos al viaje inhóspito que nos llevó a donde nos encontramos el día de hoy… Hemos llegado de nuevo al muelle… en medio de la oscuridad que se forma por el ocaso de una tarde de noviembre… las luces del navío comienzan a encenderse y los acordes de esa canción nos ponen nostálgicos… nos vemos a los ojos y tomados de la mano bajamos por la escotilla… tocamos tierra y la música de fondo se va alejando… una lagrima brota por tu mejilla y tomo tu rostro iluminado por los luceros del firmamento para limpiar tu carita… mi voz se corta un poco al querer decirte tanto… mis ojos se enjugan de tanta emoción reprimida y te miro fijamente… es momento de partir… el tiempo de sepáranos ha llegado… mi vida, mi corazón y mi alma te las llevas tú… el beso que me diste, aquella tarde de otoño marcó mi ser... y lo he de reconocer… es hora de partir…



Se siente la nostalgia en el ambiente… de ti me separaré aunque contigo me quedaré siempre prendido a tu corazón… El cariño en nada cambiará aunque, si me permites decirlo, los besos tan apasionados los extrañaré… sentirte tan cerca de mí… hacerte vibrar como tú lo hiciste conmigo… no sé si esto alguna vez tenga replica… no lo sé… pero de lo que si estoy seguro es que en ese barco volvería a buscarte para seguir con ese sueño que inicio… y que me duele hasta la vida tenerme que despertar… el tiempo ha llegado, ya es hora de regresar…



Hasta siempre… y por siempre estaré a tu lado… Amour de ma vie… à bientôt…



Después de leer por última vez aquella carta, solo cerré el sobre que la contenía y la dejé volar al cielo, donde habría de perderse alto, muy alto. Allá arriba "con los pájaros" estaría siempre recordando que aquel amor de imposible culminación quedaría escondido detrás de las nubes, con la luna como su eterna compañera... Entre el frio de Septiembre, dejé ir un poco de mi alma en ese trozo de papel.. Por siempre.



Carlo Moreno-Jiménez (El Andariego)
Ciudad de México, Distrito Federal a 3 Septiembre de 2012

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