domingo, 30 de diciembre de 2012

La última y nos vemos. La nota del final...

A unas cuantas horas del final de este 2012 y con muchas cosas por decirles, queremos agradecerles a todos ustedes que han sido un gran motor para nosotros. Sus comentarios han enriquecido aún más este pequeño proyecto llamado #LosAndariegos que de poco en poco ha ido metiéndose en cada una de sus computadoras, teléfonos, tablets y demás dispositivos desde los cuales han tenido a bien leernos durante gran parte de este año que termina.


El 14 de marzo se inicio el viaje; cada uno ha sido parte importante de él al dejarse llevar un poco por la imaginación, el recuerdo o simplemente porque se identificaron un poco con los personajes que han salido de nosotros quienes hacemos estos relatos pensando en cada detalle para que al final podamos presentarles un poquito de lo que ambos Andariegos traemos en la mente. El recuerdo de los amores y desamores que se van "Con el Viento de Otoño", el vaivén de las olas en la "Playa de Vallarta"... Hasta hemos compartido juntos un "Atardecer Chilango" o simplemente hemos sido cómplices de una historia de amor.


Realmente para nosotros ha sido un verdadero placer escribir algunos textos que, si bien es cierto adolecen en ocasiones de elementos de redacción o hilaridad, también lo es que esta es una forma de compartirles un poco de lo que cargamos en nuestra mente y en el corazón. Gracias a ustedes, hasta esta fecha llevamos mas de 3150 visitas y eso es algo que nos motiva para que continuemos contándoles historias y relatando realidades en la ficción.


Pero regresando a lo que nos tiene aquí, les reiteramos a todos y cada uno de ustedes amigos lectores que les agradecemos el tiempo que se toman para leernos y compartir estas historias. También queremos desearles a todos ustedes que tengan un excelente inicio de año. ya 2013, en el que esperamos que todos sus retos por cumplir los lleven a cabo, le den forma a sus anhelos y sigan soñando porque de los sueños nacen las aspiraciones y de estas nacen los objetivos que cada uno de nosotros debemos de alimentar día a día hasta alcanzar la meta.


Se acaba un año mas en nuestras vidas. Recordemos a todos aquellos que también han estado entre nosotros y se han adelantado en el camino; los amigos que hemos conservado y los que han llegado a nuestras vidas... por los amores que llegaron para quedarse y por los que se esfumaron como recuerdo al viento... por la familia que aun conservamos con nosotros y por los que han llegado a iluminarnos en el camino. Por los nacidos en este año que nos recuerdan la fragilidad que debe ser cuidada y valorada para que, al igual que un pequeño árbol, vayamos llevándolo hasta que se convierta en un gran ejemplar... recordemos eso al sonar las primeras campanadas de este año nuevo.


De parte de Add y Carlo, "Los Andariegos", queremos desearles que en el 2013 sus vidas estén llena de Paz, Salud, Conocimiento, Entendimiento y mucha prosperidad para todos ustedes y sus familias.


Les dejamos esto para que lo compartan con todos los suyos:

... Gracias, por todo lo que en este año me diste.

... Gracias por los días de sol y los nublados tristes.

... Gracias por las noches tranquilas y por la inquietas horas oscuras.

... Gracias por la salud y la enfermedad; por las penas y las alegrías.

... Gracias por lo que me prestaste y luego me quitaste.

... Gracias Señor, por la sonrisa amable y la mano amiga; por el amor y todo lo dulce.

... Por la existencia de los niños y de las almas buenas.

... Gracias por la soledad, por el trabajo, las dificultades y por las lagrimas.

... Gracias por haberme dejado vivir... Son las Doce... Un año termina.



Y como dijera Benjamín Franklin:

Deja que cada Año nuevo encuentre una mejor versión de ti.

¡Nos leemos hasta el 2013, amigos!


Add y Carlo Moreno-Jiménez "el Andariego"
31 de diciembre de 2012









jueves, 20 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre el "Fin del Mundo"...

Visiones apocalípticas, caída de meteoritos a la Tierra, regreso de los Dioses y los muertos desde el Xilalbá o el Mictlán (según sea el caso); los grandes terremotos y las hordas desesperadas de personas que buscarán salvarse de aquellos males que se presagiaban al final de los tiempos. Todo eso ha influido en los temas de conversaciones y películas gabachas desde hace algunos años. Mitos y leyendas dicen unos... El fin de la vida como la conocemos dirían otros...


Para algunos que piensen igual que yo, creemos que el "fin del mundo" es particular y llega inevitablemente a nosotros de una u otra forma. La vida humana cuya fragilidad todos conocemos no solo sigue siendo enigmática para aquellos estudiosos del complejo organismo perfectamente creado por Dios, un joyero Suizo o algún ocioso que solo se puso a unir piezas a ver que diantres le salía, en fin;  eso y más es el cuerpo humano, digo yo.


A pesar del fenómeno mediático que se ha generado respecto al tema que me hace escribir el día de hoy, lejos de alejarme y dejar pasar la oportunidad, me he puesto a reflexionar algunas cosas que no podía dejar de anotar en mi vieja libreta junto a mis historias y relatos... 


Cómodamente sentado en mi lugar favorito del Parque para escribir, comencé a divagar respecto al Final…


Mirando un atardecer seria la forma perfecta de terminar con el paso por esta vida le decía a mi gran amigo y compañero de batallas “el Andariego” que, sentado y a la luz del faro en el Parque México me respondía: -Es una forma muy estúpida de hacerlo, ¿no crees? Y quién te acompañaría al viaje eterno. ¿Acaso solo tus recuerdos? Dime, ¿Es posible que seas tan egoísta como para zarpar a una aventura metafísica solo? Mirándolo fijamente, aquel amigo mío apuntaba con el dedo índice hacia el final del camino mientras seguía repasándome un severo regaño. Solo me quedo escucharle.


Meditaba un poco acerca del acontecimiento. El cielo de las 6:34pm me llevaba a mis pensamientos y nostalgias; “el Andariego” me observaba fijamente con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo oscuro… con la mirada de pantera que le caracteriza y con el sombrero Fedora Walton negro… Mientras tanto yo seguía divagando. Reflexionando.


¿Podremos imaginar cual será nuestro final? Sería algo con lo que, al menos yo, no podría vivir. ¿Saber cuándo llegará la hora fatal?... ¡Mucho menos! ¿Qué pasaría si pudiéramos elegir la forma y el momento de realizar ese Grand Finale que a todos nos llegará? Un privilegio que solo pocos han tenido.


¿Arrepentimientos?, ¿Culpas?, ¿Cosas inconclusas o que no hicimos por miedo al éxito o al fracaso? Todo eso le preguntaba al “Andariego” que solo me palmeaba la espalda como queriendo decirme ¡¡¡CALLA DRAMÁTICO!!! La desesperación de tanta estupidez hacia que a mi compañero le diera nauseas continuar con nuestra poco común charla semanal.


-Antes de que continúes con tus idioteces déjame decirte algunas cosas. Decía aquél.


-¿Sabes cuál sería el verdadero “Fin del Mundo” como lo conoces? Si, a ese que tanto le puedes llegar a temer y del cual huyes ¿Lo sabes?...


Aquel momento en que las personas no sean egoístas y dejen la traición y la avaricia. En el instante en que los rencores queden de lado y simplemente se ocupen de no preocuparse por lo vano y material. Cuando dejemos de ver que los niños en la calle no piden limosnas para sobrevivir un día más. ¡Cuando la violencia cese y las guerras no existan! Cuando dejemos de pensar que nadie es más miserable que nosotros. ¡Cuando aprendamos a perdonar y enmendar los errores! Egoísmo; Traición; Vanidad y Rencor… Esos son los verdaderos 4 jinetes del apocalipsis que viven entre los hombres y mujeres. Debemos evitar que crezcan en la gente y se multipliquen pero, mi querido amigo, tal parece que ya es tarde para cerrarles la ventana.


Tal vez llegará el día en que ese mundo vano acabe. Que la oscuridad humana no prolifere y acabe con los muchos que aun guardan luz para guiar a los demás. Espero que suceda, aunque créemelo, no estaremos aquí para verlo.


El brevísimo monólogo del Andariego me había dejado anonadado y pensativo. Simplemente tenía razón. La dureza de aquellas palabras hacían que meditara callado mientras miraba el reloj. Las 9:21 de la noche era el momento de partir. Mi gran amigo Andariego emprendía de nuevo el camino hacia la lejanía del sendero, perdiéndose entre la oscuridad de los árboles y las tenues luces que bordean el Parque.


Mientras caminaba y repasaba la plática ya de regreso a casa, miraba con atención un pequeño cartelón que resumía en unas cuantas líneas lo que acababa de escuchar:


... Y al final de los tiempos, Kukulkán descendió de su castillo para presenciar como el mundo no se acabaría solo. Los que lo habitaban se encargarían de hacerlo...



Y como dicen algunos: No me da miedo que se acabe el mundo. Me preocupa que siga igual.


Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Ciudad de México, distrito Federal, a 21 de diciembre del 2012




martes, 4 de diciembre de 2012

Atardecer Chilango.

Bullicio en la Alameda. Con la caída de las hojas de otoño, entre sonidos de los automovilistas con sus motores y claxonazos a diestra y siniestra en Avenida Júarez, los pitidos de los polis "canarios" de Tránsito y los gritos de los niños que jugaban cerca de donde te esperaba, hacían de aquel sitio un buen lugar como para reformular esa pintura de Diego Rivera "Sueño de una tarde dominical en la Alameda".

El Sol se muestra tímido a través de los pasillos con la luz tenue de una tarde otoñal. Espejos de agua se forman en las centenarias fuentes que reflejan el azul del cielo. 

Miraba el reloj; antes de ver la hora, las campanadas de la Torre Latinoamericana tocaban. Una, dos, cuatro veces; ya eran las 4 de la tarde de ese grandioso día de diciembre en el que quedamos de encontrarnos para crear las lineas que han de entrelazarse en esta historia.  Miraba de frente la fuente a Neptuno, pieza excepcionalmente concebida, en la cual sería el punto de partida para que todo iniciara. Esperando puntual, a la vieja usanza de los viejos lobos de mar: Aurelio y Roberto Moreno, mi tío y padre respectivamente, impaciente y algo nervioso caminaba esperando a que aquel Atardecer Chilango que te había prometido no nos ganara en el afán de esconder antes la postal mas bella que te pudiera haber regalado. Recorro con la mirada el sitio. Aun no te encuentro.

La "Latinoamericana" al Sol, pintada de tonos azules, platas y naranjas se eleva a lo lejos de la avenida. El sonido va creciendo en el entorno y en medio de esos 6 pasillos que llevaban al sitio donde habríamos de encontrarnos, simplemente no deja de taladrar los oídos. 

Entre el gentío ya me mirabas con una sonrisa colgada de oreja a oreja. La reacción inmediata después de la ansiedad contenida simplemente se concentro en elevar la mano derecha y hacer un gesto indicativo para invitarte a estar donde yo estaba. Sin querer pero con el animo de hacerlo, solo tome tus manos y caminamos haciendo el obligado recorrido por los caminos que forman el trazado de ese jardín colonial, la Alameda Central, entre sus esculturas, ahuehuetes, álamos y bancas de piedra que servían de testigos mudos de aquellas risas que provocaba en cada una de mis ocurrencias que contaba en tu oído  Rápido pasaba el tiempo, pero no del todo.

Regresaban aquellas campanadas de la Torre a lo lejos... Suena el aviso de la media hora.

No lo sé, pero me anime a tomarte de la mano y apretarla fuerte; tal vez la sorpresa invadió tu ser y simplemente me mirabas algo turbada por la acción pero todo quedo en una hermosa sonrisa que me regalaste. Miraba tus ojos y solo veía un brillo espectacular en tus iris. De color café, profundos y serenos, tiernos e iluminados que reflejaban el cielo que tomaba los colores rojizos que precedían al atardecer que te había prometido.

Entre tanto, buscaba un buen sitio para ir a disfrutar contigo de eso que te había dicho. Miraba el reloj y ya eran las cinco con cuarenta y tres minutos; el mirador del Monumento a la Revolución sería el elegido a ser el sitio idóneo para sentarnos y disfrutar del paso del tiempo. Entre nubes rosadas y naranjas, aquella estampa prometida se mostró ante nosotros que simplemente nos miramos de nueva cuenta a los ojos para darnos cuenta de algo aun mas maravilloso... Un par de almas habrían de encontrarse en este camino de la vida.

La gente pasaba a nuestras espaldas mientras nosotros mirábamos aquel atardecer  ademas de como iban apareciendo a  lo lejos las primeras luces que tejen la inmensidad del manto estelar que, por esa especial ocación, nos cobijo un rato. 

No sé si alguna vez pueda decir que veo el cielo en tu mirada cada madrugada... De lo que si estoy completamente seguro es que desde ahora no volveré a ver ese Atardecer Chilango igual si no es a través del reflejo de mi cielo en tus ojos...

Después de todo, regrese de aquel sueño para verte venir hacia la banca de piedra donde me encontraba esperando... Siempre esperando e imaginando.


Carlo Moreno-Jiménez (el Andariego)
Alameda Central de la Ciudad de México a 4 de diciembre de 2012

Chequen las fotos!! DALE COPIAR AL LINK!!
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.537737186254193.135651.100000537493819&type=1&l=1b9f5578bc