viernes, 7 de junio de 2013

Nunca es tarde.

Un día escuche que alguien decía “Nunca es tarde para perdonar, olvidar y volver a amar”.

Me quede pensando en ese juego de palabras y de pronto todos eso recuerdos llegaron a mí, solo recuerdos buenos, esos que me hacían suspirar, esos que me hacían añorar.

No recuerdo muy bien cómo fue que empezó todo, sólo recuerdo lo bien que me hizo sentir; algo que jamás podre olvidar.

Día y noche me buscaba, me enamoraba con palabras divinas, sabia como jugar con sus versos… y bien sin más rodeos les contare esta historia que parecería tan utópica que se creería que fue un sueño.


Era temporada de mañanas agradables y tardes calurosas, donde las noches se ocupaban para soñar. Un día llamo a mi puerta, era él, un hombre que en ese momento sólo era alguien más en mi vida, ese que sin pensar se volvería el más lindo pero inexplicablemente... el más triste de mis recuerdos.

Él y yo, pasábamos tardes hablando. Los minutos, las horas, el tiempo pasaba tan rápido que no nos percatábamos que la Luna nos saludaba; era así, día tras día. Llegaba por las tardes y se iba por las noches... Sin duda esos fueron los mejores momentos de mi vida.

Un día él preguntó si podíamos ir a ese cafecito de la esquina, cambiar el ambiente, salir de nuestra rutina, pero desafortunadamente yo tenía que ir a un viaje inesperado, él dijo que no importaba que aun así seguiríamos hablando hasta el anochecer, que él estaría ahí; tuve que partir.

...Y así fue, durante un mes completo me enamoro, con palabras y cartas que solo un gran poeta podría construir, yo no sabía que serían las palabras que me llevarían a mi desgracia...

Después de pasar ese largo mes en la playa, el regreso era inminente y él estaba ahí esperando por mí, yo no entendía que estaba pasando pero simplemente me dejaba llevar, era la sensación más ligera y agradable que jamás había experimentado. Éramos ese algo que no se puede explicar, ese algo que hace vibra; ante los ojos de los demás intentábamos fingir, hasta que un día no lo pudimos controlar.

Recuerdo que era una tarde de agosto, calurosa, implacablemente llena de personas; los caballeros platicaban y las damas caminaban con sus sombrillas intentando captar un poco la atención de aquellos; mi mente me revoca a aquella tarde como si hubiere sido ayer. Lo vi ahí parado tan majestuoso como solo él, se encontraba con sus amigos, charlando entre humo de tabaco y olor a jerez; me descubrió mirándolo, veía como lentamente me acercaba a su grupo reducido de personas, y yo, me descubrí haciendo aquello sin pensar, sin importarme que dirían los demás, me acercaba y a medida que esto ocurría con mayor velocidad descubrí que una sonrisa se pintaba en su boca. Al fin logre llegar a mi objetivo y recuerdo tener aquella sensación que se tiene cuando uno al fin abre los regalos de Navidad, lo salude con una gran sonrisa, le mostré todos los dientes, logre decir un tímido “hola” y él sólo me tomo de la cintura con su brazo izquierdo, como si fuera algo tan normal, algo cotidiano, por obviedad sus acompañantes se perturbaron ya que no esperaban alguna visita femenina, pero ni a él ni a mi nos importó, seguimos en esa posición, hablando con normalidad, con sinceridad, volteándonos a ver cada dos segundos y regalándonos una sonrisa mutua.

Decidí retirarme ya que si me quedaba más tiempo perdería el control, lo tomaría del rostro y le besaría aquellos sus labios rojos como el carmín, me aleje con aquella sensación de mariposas en el estómago desapareciendo lentamente, pero la sonrisa no se fue.

Pasaron apenas unas cuantas horas cuando de pronto el timbre de la puerta se escuchó, parecía desesperado, de pronto escuche mi nombre que venia del ama de llaves; alguien me esperaba en la sala. Salí de mi aletargamiento y fui de la biblioteca al lugar en donde me esperaban, aunque sabía que era él, demore un poco reduciendo mi paso al andar, no sé por qué pero la sensación que mi cuerpo experimentaba era sofocante, llegue al lugar y mire a través de la puerta, estaba un poco abierta, y en efecto ahí se encontraba de pie, tan galante, tan varonil, tan él. Entre al salón, me recibió con una gran sonrisa, tan grande que lograba iluminar el lugar...

- ¡Al fin, aquí estas¡ – recuerdo que dijo con su voz que me hacía temblar, me abrazo y así, sin previo aviso me beso.


Me quede atónita y él pidió perdón. Quizás mi reacción lo asusto pero en realidad lo único en que yo podía pensar era en que jamás querría probar otros labios que no fueran esos y de repente me abalancé hacia él y lo bese, fue un beso tan perturbador, tan abrumador tan…

Después de ese episodio de locura entre los dos, me explico el porqué de su visita tan inesperada, me confeso que aquella tarde cuando me veía acercarme, con cada paso que yo daba, él sentía un estupor, una sensación tan inexplicablemente bella, que sólo quería tomarme entre sus brazos y besarme hasta dejarme sin aliento, no me quedo más que dar mi confesión, decirle que yo sentí lo mismo, que me sentía como aquella primera mañana de Navidad en que uno descubre cientos de regalos debajo de aquel pino adornado.

Así pasaron los días, los meses, yo ya estaba profundamente encariñada con aquel sujeto que robaba mis suspiros, aquel al que me entregue sin dudas ni prejuicios, aquel al que estaba dispuesta a amar hasta el final de mis días...

... Pero un día todo termino y nos convertimos en dos extraños con recuerdos en común, dejamos de ser “nosotros” para convertirnos en dos personas completamente diferente, me ahogue en el dolor de mi perdida, de mi desilusión, me ahogue en mi sufrimiento….

Y ahora es que esas palabras que rezan: “Nunca es tarde para perdonar, olvidar y volver a amar” las entiendo de sobremanera. Hoy lo he perdonado por aquel dolor que me causo, olvidarlo no sé, pero lo que sí sé, es que me he dado la oportunidad de volver a amar, no como a él, porque a cada persona se le ama diferente.

Yo sé que alguna vez me volveré a enamorar... no sé si hoy, o mañana o dentro de un año, pero lo haré...


Alejandra Ledezma
6 de junio de 2013

2 comentarios:

  1. Siempre es un placer tener invitados en nuestro Blog, esta vez con una magnífica historia.
    Gracias a todos los que nos hacen favor de leer.

    ResponderEliminar
  2. Siempre es un placer tener invitados en nuestro Blog, esta vez con una magnífica historia.
    Gracias a todos los que nos hacen favor de leer.

    ResponderEliminar