viernes, 12 de octubre de 2012

Destino.


5 pasajes de una historia que apenas comienza. “DESTINO” 1-5



¿Cómo? ¿Por qué? Eran las preguntas que rondaban su cabeza los últimos días. No tenía ni la menor idea de por qué ÉL se había cruzado en su camino, había aparecido así, de repente, de la nada y sin ser planeado y ahora le daba sentido a todo.

No lo conoció de una manera convencional, no lo había tocado, no había aspirado su aroma, bueno, ni siquiera había escuchado su voz y sin embargo… sentía tanto.

Pero… ¿por qué?

Estaba tan acostumbrada a encontrar las respuestas en un libro, con un amigo, en internet, que realmente se dolía que, esta vez, no hubiera un manual que le indicara lo que quería saber.

Una madrugada, en una de sus tantas charlas, ÉL le envió un mensaje de texto:

“Yo soy de las personas que cree en el destino y por algo te puso a ti en mi camino. Estoy infinitamente agradecido, de verdad”

Y fue en ese mensaje, justo a las 02:02 am, que ELLA, encontró la respuesta que tanto buscaba:


DESTINO

El destino nunca planeó que coincidiéramos.

Nunca hemos caminado por las mismas calles.

Nunca nos han cobijado las mismas estrellas.

Nunca hemos abierto las mismas puertas.

Nunca me equivoqué y marqué por error tu número para, al final, decirte "disculpe".

Nunca nos tropezamos en algún semáforo en rojo.

Nunca fuiste ese extraño que me sonrío amablemente cuando caminaba con los ojos llenos de nostalgia.

Nunca hemos visto la misma película, en la misma sala.

Nunca hemos subido o bajado por la misma escalera del centro comercial.

No, nunca hemos coincidido.



El destino nunca quiso que termináramos en alguna historia que comenzó por error: como cuando, en una de mis tantas caídas, un desconocido (que no eras tú) me ayudó a levantarme o cuando tú viste pasar alguna chica (que no era yo), la seguiste con la mirada y ella te sonrío.

No, el destino nunca quiso que coincidiéramos, el destino quería que nos encontráramos, que yo te encontrara.

Que te encontrara para que me hicieras sentir todo esto, para que me hicieras sonreír y para que despertaras en mí todo este amor.

El destino me regaló encontrarte y yo; al igual que tú, le estaré eternamente agradecida.


Destino, sí, fue el destino. Ahora sólo esperaba que le tuviera preparadas muchas cosas bellas. No lo dudaba, ÉL era bello, era lo que siempre había soñado, lo que esperaba.

Tomó su mano y decidió seguir adelante, a su lado.

Comenzaron esta historia que yo, por fortuna, tengo el placer de poder contar.


ADD
12 de octubre de 2012

1 comentario:

  1. Historias que se cuentan en palabras. y que el destino las hace realidad.

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